miércoles, 22 de diciembre de 2010

EL MESÍAS, ¿HIJO/SUCESOR DE DAVID? Lc 20,39-44.

39 Intervinieron unos letrados:
- Bien dicho, Maestro.
40 Porque ya no se atrevían a hacerle más preguntas.
41 Pero Jesús les preguntó a ellos:
- ¿Cómo dicen que el Mesías es sucesor de David,
42 si David mismo dice en el libro de los salmos:

"Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi derecha,
43 mientras hago de tus enemigos
estrado de tus pies"? (Sal 110,1).


44 De modo que David lo llama Señor; entonces, ¿cómo puede ser sucesor suyo?


EXPLICACIÓN.

Ante la aprobación de los letrados (fariseos), Jesús se encara con ellos (39-41). Punto neurálgico de la expectación mesiánica: la calidad del Mesías (cf. Is 11,1: Jr 33,14-18). Hijo/sucesor de David, vse. Mc 12,35-37. En Lc 1,32 se afirmaba que Jesús sería heredero de David, su padre/antepasado, pero él mismo será "Hijo del Altísimo", "Hijo de Dios" (1,32.35). El prototipo del Mesías no es, pues, David, sino Dios mismo.

En la cita de Sal 110,1, Dios aparece como defensor de su Mesías (cf. Sal 2,1-6); se repite así el tema de la intervención divina y de la ruina de los adversarios (cf. 19,41-44; 12,16). La restauración de la gloria de Israel como pueblo separado del resto de la humanidad y con hegemonía sobre ella no pertenece al plan de Dios. El particularismo judío es contrario a ese plan, y la expectación mesiánica del sucesor de David, una ilusión.

LOS SADUCEOS Y LA RESURRECCIÓN. Lc 20,27-38.

27 Se acercaron entonces unos saduceos, de esos que niegan la resurrección, y le propusieron
28 este caso:
- Maestro, Moisés nos dejó escrito: "Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero no hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano".
29 Bueno, pues había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos.
30 El segundo,
31 el tercero y así hasta el séptimo se casaron con la viuda y murieron también sin dejar hijos,
32 finalmente murió también la mujer.
33 Pues bien, esa mujer, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos va a ser mujer, si ha sido mujer de los siete?
34 Jesús les respondió:
- En este mundo, los hombres y las mujeres se casan;
35 en cambio, los que han sido dignos de alcanzar el mundo futuro y la resurrección, sean hombres o mujeres, no se casan;
36 es que ya no pueden morir, puesto que son como ángeles, y, por haber nacido de la resurrección, son hijos de Dios.
37 Y que resucitan los muertos lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor "el Dios de Abrahán y Dios de Isaac y Dios de Jacob".
38 Y Dios no lo es de muertos, sino de vivos; es decir, para él todos ellos están vivos".


EXPLICACIÓN

Vse. Mc 12,18-27. Los círculos del poder económico y religioso (saduceos: sumos sacerdotes y senadores) aparecen como radicalmente materialistas. No esperando otra vida, su objetivo es pasar la presente en posición de privilegio, sin detenerse ante la explotación del pueblo (19,46: "cueva de bandidos").

EL TRIBUTO AL CÉSAR. Lc 20,20-26.

20 Entonces, poniéndose al acecho, enviaron unos espías que aparentaban ser hombres observantes, para cogerlo en alguna expresión y poderlo entregar a la autoridad y jurisdicción del gobernador.
21 Le hicieron esta pregunta:
- Maestro, sabemos que hablas y enseñas como se debe, sin tener en cuenta lo que cada uno sea. No, tú, enseñas el camino de Dios de verdad.
22 ¿Nos está permitido pagar el impuesto al César o no?
23 Jesús, advirtiendo su mala intención, les dijo:
24 - Mostradme una moneda. ¿De quién son la efigie y la inscripción que lleva?
Le contestaron:
- Del César:
25 Les replicó:
- Pues entonces, lo que es del César, devolvédselo al César, y lo que es de Dios, a Dios.
26 No lograron cogerlo en nada delante del pueblo y, sorprendidos por su respuesta, se callaron.


EXPLICACIÓN.

Estratagema de los dirigentes. Los enviados simulan proponer a Jesús un escrúpulo de hombres profundamente religiosos. Para la interpretación, vse. Mc 12,13-17.

viernes, 17 de diciembre de 2010

PARÁBOLA DE LA VIÑA Y LOS LABRADORES. Lc 20,9-19.

9 Entonces se puso a decirle al pueblo esta parábola:
- Un hombre plantó una viña, la arrendó a unos labradores y se marchó a otro país para una buena temporada.
10 A su tiempo envió un siervo a los labradores, para que le entregasen su tanto del fruto de la viña, pero los labradores lo apalearon y lo despidieron de vacío.
11 Insistió mandando otro siervo, pero también a éste lo apalearon, lo insultaron y lo despidieron de vacío.
12 Insistió mandando un tercero; pero también a éste lo malhirieron y lo echaron.
13 El dueño de la viña se dijo entonces:
- ¿Qué hago? Voy a mandar a mi hijo querido; quizás a él lo respetarán.
14 Pero los labradores, al verlo, razonaron entre ellos:
- Éste es el heredero; lo matamos y será nuestra la herencia.
15 Lo empujaron fuera de la viña y lo mataron.
- Vamos a ver, ¿qué hará con ellos el dueño de la viña?
16 Irá, acabará con aquellos labradores y dará la viña a otros.
Al oír esto exclamaron:
- ¡No lo permita Dios!
17 Él, mirándolos fijamente, les dijo:
- ¿Qué significa entonces aquel texto de la Escritura:

"La piedra que desecharon los constructores se ha convertido en piedra angular"? (Sal 118,22).
18 Todo el que cae sobre esa piedra se estrellará y, si ella cae sobre alguno, lo hará trizas.
19 Los letrados y los sumos sacerdotes, dándose cuenta de que la parábola iba por ellos, intentaron echarle mano en aquel mismo momento, pero tuvieron miedo del pueblo.


EXPLICACIÓN.

9-19. Parábola dirigida al pueblo, que se convierte así en una denuncia de los dirigentes. La viña, símbolo de Israel en su calidad de pueblo de Dios (Is 5,1-7; cf. Jr 2,21; Ez 15,1-6; 19,10-14; Os 10,1; Dt 32,32s; Sal 80,8ss; Jl 1,7).

Jesús resume la historia de la infidelidad a Dios de los dirigentes del pueblo. El fruto, la justicia y el derecho (cf. Is 5,7), expresiones del mandamiento del amor al prójimo. Nunca se ha recogido ese fruto en Israel. Los enviados de Dios (los profetas) fueron siempre maltratados (cf. 11,47); los tres siervos enviados por el dueño de la viña compendian a todos (10-12).

Los labradores representan ahora a los dirigentes que quieren matar a Jesús (19,47). Matando al Mesías quieren hacerse dueños definitivos del pueblo, eliminando toda esperanza de liberación (14). El fin desastroso de los labradores equivale a la destrucción de Jerusalén anunciada antes (19,41-44; 18,7s): la institución judía, centrada en el templo, va a desaparecer. Responsabilidad de los dirigentes, que, al rechazar al Mesías, van a provocar la ruina de la nación. El reino de Dios se verificará en otros pueblos que no sean Israel (cf. 13,35). Reacción de espanto (15s).

Nueva comunidad fundada sobre el Mesías rechazado (Sal 118,22) (17). Toda oposición a este plan es vana y conduce a la ruina de los adversarios (cf. Is 8,4; Dn 2,34s.44) (18). Jesús informa al pueblo de los planes de sus dirigentes, los que le pedían credenciales (20,1-8). Los representantes de la Ley y del sacerdocio desean apoderarse de Jesús, pero los detiene el temor al pueblo (cf. 19,48; 20,6) (19).

DISCUTEN SU AUTORIDAD. Lc 20,1-8.

20 1 Uno de aquellos días, mientras enseñaba al pueblo en el templo anunciándoles la buena noticia, se presentaron los sumos sacerdotes y los letrados con los senadores
2 y le hicieron esta pregunta:
- Dinos con qué autoridad actúas así; o sea, ¿quién es el que te ha dado esa autoridad?
3 Jesús les replicó:
- Os voy a hacer yo también una pregunta. Decidme:
4 el bautismo de Juan, ¿era cosa de Dios o cosa humana?
5 Ellos se pusieron a deliberar: si decimos "de Dios", dirá: "Y ¿por qué razón no le creísteis?;
6 y si decimos, "cosa humana", el pueblo entero nos apedreará, convencido como está de que Juan era un profeta.
7 Y le contestaron que no lo sabían.
8 Entonces Jesús les replicó:
- Pues tampoco os digo yo con qué autoridad actúo así.


EXPLICACIÓN.

1-8. Intervención de las tres categorías que formaban el Consejo (1). Los que fundan su autoridad en la legitimidad jurídica piden a Jesús credenciales jurídicas de su misión: no reconocen otro fundamento (2).

Réplica: Juan Bautista no tenía misión jurídica; ¿puede decirse por esto que su misión no era legítima? ¿Está Dios ligado a las estructuras? (3s). Miran sólo a su conveniencia. El pueblo ve en el Espíritu que inspira al profeta la autoridad de Dios; cuánto más en Jesús, que posee la plenitud del Espíritu (3,22) (5-7).

Ante la mala fe, Jesús no responde (8). Las autoridades religioso-políticas buscan solamente conservar su posición de poder y se niegan a reconocer la acción de Dios en la historia.

VI. ENSEÑANZA Y CONTROVERSIA EN EL TEMPLO. Enseñanza y reacción de los dirigentes. Lc 19-47-48.

47 Todos los días enseñaba en el templo. Por su parte, los sumos sacerdotes y los letrados trataban de acabar con él, y lo mismo los notables del pueblo,
48 pero no encontraban modo de hacer nada, porque el pueblo entero lo escuchaba pendiente de sus labios.


EXPLICACIÓN.

Sexta sección del Evangelio (19,47-21,38). Enseñanza polémica en el templo. La sección está enmarcada por las dos menciones de la enseñanza y del pueblo (19,47s; 21,37s).


19,47s. Introducción. Contrariamente a lo propuesto en la tercera tentación (4,9s), la manifestación de Jesús en el templo no se hace de manera espectacular, sino por medio de la enseñanza. El interés del pueblo por la enseñanza de Jesús impide actuar a los dirigentes.

ENTRADA EN JERUSALÉN HASTA EL TEMPLO Lc 19,29-46.

29 Al acercarse a Betfagé y Betania, en dirección al monte que llaman de los Olivos, envió a dos de sus discípulos
30 diciéndoles:
- Id a esa aldea de enfrente; al entrar encontraréis un borrico atado en el que nadie se ha montado nunca. Desatadlo y traedlo.
31 Y si alguien os pregunta por qué razón lo desatáis, contestadle que el Señor lo necesita.
32 Los enviados fueron y encontraron lo que les había dicho.
33 Mientras desataban el borrico, los dueños les preguntaron:
- ¿Por qué desatáis el borrico?
34 Contestaron ellos:
- El Señor lo necesita.
35 Se lo llevaron a Jesús, echaron sus mantos encima del borrico y ayudaron a Jesús a montarse.
36 Según iba él avanzando, alfombraban el camino con los mantos.
37 Cuando ya se acercaba a la bajada del Monte de los Olivos, la muchedumbre de los discípulos, en masa, empezó a alabar a Dios con alegría y a grandes voces por todas las potentes obras que habían visto.
38 Decían:
¡Bendito el que viene como rey en nombre del Señor! ¡Del cielo paz y a Dios gloria!
39 De entre la multitud, unos fariseos le dijeron:
- Maestro, reprende a tus discípulos.
40 Él replicó:
- Os digo que si estos callan gritarán las piedras.

41 Al acercarse y ver la ciudad, le dijo llorando por ella:
42 - ¡Si también tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz! Pero no, no tienes ojos para verlo.
43 Por eso van a llegar días en que tus enemigos te rodeen de trincheras, te sitien, aprieten el cerco,
44 te arrasen con tus hijos dentro y no dejen en ti piedra sobre piedra; porque no reconociste la oportunidad que Dios te daba.

45 Entró en el templo y se puso a echar a los vendedores,
46 diciéndoles:
- Escrito está: Mi casa será casa de oración, pero vosotros la habéis convertido en una cueva de bandidos.


EXPLICACIÓN.

29-46. Cerca de Betfagé y Betania. Como en Mc 11,1-11, la escena tiene marcado carácter teológico. Discípulos enviados como para la misión (9,2: 10,1). Después de haber mencionado dos aldeas, Betfagé y Betania, encarga a los discípulos ir a la aldea de enfrente (30), sin más precisión; "la aldea" representa, como en Mc, el pueblo sometido a la institución ("la ciudad", cf. 19,41; 24,49).

El borrico, alusión a Zacarías 9,9: Mesías no violento. Esta profecía está atada, es decir, neutralizada por la concepción mesiánica triunfal. Nadie se ha montado nunca en este borrico: no ha existido en Israel rey o líder que no haya usado la violencia. La misión con el pueblo se hará rescatando los pasajes del AT que se oponen a la doctrina mesiánica oficial (29-34).

Acciones de los discípulos: un grupo actúa como en la coronación de Salomón (1 Re 1,33: mantos sobre el borrico) (35), mesianismo no violento; otro grupo, como en la coronación de Jehú (2 Re 9,11-13: mantos en el suelo), mesianismo de poder (36).

Cerca del Monte de los Olivos. Aclamación: la paz mesiánica (38), cf. 2,14, el cántico de los ángeles. En Lc son los discípulos, y no las multitudes, los que aclaman a Jesús (consecuente con 13,35). Desaprobación farisea; pero el mesianismo de Jesús no puede seguir oculto (39s).

Cerca de la ciudad. Llanto (41): dolor por una muerte. Jerusalén, según la etimología popular, "visión de paz"; el lamento se basa en el significado del nombre (42). Jesús prevé el fracaso de sus esfuerzos para impedir la ruina. Ésta se describe en términos convencionales (Is 37,33; Jr 52; Sal 137,9) (43s). Se está cumpliendo lo anunciado por Zacarías (Zac 1,16: "Me vuelvo a Jerusalén con compasión"), pero Jerusalén no lo percibe. Por no reconocer al Mesías de la paz, su fin será la destrucción por la guerra (43s). El pueblo había reconocido la visita de Dios (7,16; cf. 1,68), pero Jerusalén no la reconoce.

Entrada en el templo. El viaje termina en el templo, centro y compendio de la cudad (45). Denuncia que cumple el texto de Zac 14,21: "Y ya no habrá mercaderes en el templo del Señor ..., en aquel día" (46). El templo, infiel a su función (Is 56,7; Jr 7,11). Su fin será la destrucción (Jr 7,19s).

PARÁBOLA DE LAS DIEZ ONZAS. Lc 19,11-28.

11 Como ellos lo estaban escuchando, añadió una parábola, porque estaba cerca de Jerusalén y ellos pensaban que el reinado de Dios iba a despuntar de un momento a otro.
12 Dijo así:
- Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguir el título de rey y volver después.
13 Llamó a diez empleados suyos y les repartió diez onzas de oro, encargándoles:
- Negociad mientras vuelvo.
14 Sus conciudadanos, que lo aborrecían, enviaron detrás de él una delegación que dijese: "No queremos a éste por rey".
15 Cuando volvió con el título real, mandó llamar a los empleados a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que habían ganado.
16 El primero se presentó y dijo:
- Señor, tu onza ha producido diez.
17 Él le contestó:
- Muy bien, empleado bueno; como has sido fiel en una minucia, tendrás autoridad sobre diez ciudades.
18 El segundo llegó y dijo:
- Tu onza, Señor, ha producido cinco.
19 A éste le dijo también:
- Pues tú toma el mando de cinco ciudades.
20 El otro llegó y dijo:
- Señor, aquí está tu onza; la he tenido guardada en un pañuelo;
21 te tenía miedo porque eres hombre exigente, que reclamas lo que no prestas y siegas lo que no siembras.
22 Él le contestó:
- Por tu boca te condeno, empleado perverso. ¿Con qué sabías que soy exigente, que reclamo lo que no presto y siego lo que no siembro?
23 Entonces, ¿por qué razón no has puesto mi dinero en el banco? Así, al volver yo, lo habría cobrado con los intereses.
24 Dijo entonces a los presentes:
- Quitadle a éste la onza y dádsela al que tiene diez.
25 Le replicaron:
- ¡Señor, si tiene ya diez onzas!
26 -Os digo que a todo el que produce se le dará, y al que no produce se le quitará hasta lo que había recibido.
27 Y a esos enemigos míos que no me querían por rey, traedlos acá y degolladlos en mi presencia.
28 Y, dicho esto, echó a andar delante, prosiguiendo la subida a la ciudad de Jerusalén.


EXPLICACIÓN.

11-28. La subida a Jerusalén se interpreta en términos de la llegada inminente del reinado de Dios, por obra de un Mesías triunfador (11).

La parábola desmiente esta expectación. Toma pie de la historia reciente: Arquelao, hijo de Herodes el Grande y bien conocido en Jericó por haber construido allí suntuosos edificios, fue a Roma para conseguir el título de rey, y una comisión de cincuenta judíos lo siguió para impedirlo. La parábola aplica este hecho a la oposición implacable de los dirigentes judíos a Jesús (12.14). La ida a un país lejano (12) corresponde a la muerte de Jesús. La frase: No queremos a éste por rey (14), está inspirada por el odio. El castigo de los que lo rechazan como rey (27) alude de nuevo a la destrucción de Jerusalén (cf. 20,16).

Cuerpo de la parábola (13-26): el reinado de Dios exige colaboración humana. Onzas de oro (13), figura del mensaje que ha de fructificar; suma pequeña, pero, mostrada la fidelidad, el premio es grande (cf. 16,10). Recompensa proporcionada al fruto, es decir, no se puede desperdiciar nada de los dones recibidos (15-19); lo intolerable es no producir (20-22). A todo el que produce se le dará (26, cf. 8,18).

miércoles, 15 de diciembre de 2010

EN JERICÓ. ZAQUEO. Lc 19,1-10.

1 Entró en Jericó y empezó a atravesar la ciudad.
2 En esto, un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de recaudadores y además rico,
3 trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura.
4 Entonces se adelantó corriendo y, para verlo, se subió a una higuera, porque iba a pasar por allí.
5 Al llegar a aquel sitio, levantó Jesús la vista y le dijo:
- Zaqueo, baja en seguida, que hoy tengo que alojarme en tu casa.
6 Él bajó enseguida y lo recibió muy contento.
7 Al ver aquello, se pusieron todos a criticarlo diciendo:
-¡Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador!
8 Zaqueo se puso en pie y dirigiéndose al Señor le dijo:
- La mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres, y si a alguien he extorsionado dinero, se lo restituiré cuatro veces.
9 Jesús le contestó:
- Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues también él es hijo de Abrahán.
10 Porque el Hombre ha venido a buscar lo que estaba perdido y a salvarlo.


EXPLICACIÓN.

1-10. Jericó. Zaqueo, rico, al margen de la Ley (jefe de recaudadores, cf. 5,29-32), contrasta con el rico observante (18,18-23). Crítica a Jesús (7), ambiente de tendencia farisea (cf. 15,2).

El episodio ejemplifica cómo Jesús llama a los pecadores a la enmienda (5,32). La decisión de Zaqueo (8) sobrepasa con mucho lo prescrito en Lv 5,20-26 para resarcir el fraude. Es un ejemplo de enmienda, y ésta le obtiene la salvación (9). Cumple con creces lo exigido por Juan Bautista a los recaudadores (3,12s) y a los soldados paganos (3,14).

Jesús no le propone la renuncia a sus bienes ni lo invita a seguirlo (cf. 18,22). Relación con la parábola de la oveja perdida (10).

CERCA DE JERICÓ. EL MENDIGO CIEGO. Lc 18,35-43.

35 Cuando se acercaba a Jericó había un ciego sentado junto al camino, pidiendo.
36 Al oír que pasaba gente preguntaba qué era aquello,
37 y le explicaron:
- Está pasando Jesús el Nazoreo.
38 Entonces empezó a dar voces, diciendo:
- ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!
39 Los que iban en cabeza lo conminaban a que se callara, pero él gritaba mucho más:
- ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!
40 Jesús se paró y mandó que se lo llevaran. Cuando lo tuvo cerca le preguntó:
41 -¿Qué quieres que haga por ti?
Él dijo:
- Señor, que recobre la vista.
42 Jesús le contestó:
- Recobra la vista; tu fe te ha salvado.
43 En el acto recobró la vista y lo siguió bendiciendo a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios.


EXPLICACIÓN.

35-43 Cerca de Jericó. La incomprensión de los discípulos (18,34) está simbolizada por la ceguera (cf. 8,10). Junto al camino, cf. 8,12, del terreno duro donde no penetra el mensaje; sentado, no siguen a Jesús (cf. 1,79). El Nazoreo (37), distinto de "el Nazareno" (4,34), designa a Jesús como el retoño de Jesé (Is 11,1). Hijo de David (38), el mesías de la expectación nacionalista, título que Jesús rechazará (20,41-44: el hijo/sucesor de David; cf. 1,32: "Hijo de Dios"). La ceguera/incomprensión está, pues, causada por la doctrina mesiánica del judaísmo (el triunfo por la violencia y exclusivamente en favor de Israel).

Deseo de volver a ver (39-41): habían visto un día (cf. 5,11), pero su apego al nacionalismo judío los ha cegado. La fe/adhesión a Jesús les procura la salvación plena (cf. 7,50; 17,19) (42). Seguimiento: nueva disposición de los discípulos, que aceptan por el momento el mesianismo de Jesús. Reacción positiva de Israel (todo el pueblo) (43).

FINAL DEL VIAJE: SUBIDA A JERUSALÉN. TERCER ANUNCIO DE LA MUERTE-RESURRECCIÓN. Lc 18,31-34.

31 Se llevó consigo a los Doce y les dijo:
- Vamos a subir a Jerusalén y va a cumplirse todo lo que escribieron los profetas acerca del Hombre:
32 Lo entregarán a los paganos, se burlarán de él, lo insultarán, le escupirán;
33 después de azotarlo, lo matarán, pero al tercer día resucitará.
34 Ellos no entendieron nada de esto; aquel lenguaje era para ellos un enigma y no comprendían lo que decía.


EXPLICACIÓN.

Etapa final del viaje (18,31-19,46). La subida a Jerusalén comienza con la tercera y última predicción, hecha a los Doce, de la muerte-resurrección; termina con la entrada y denuncia del templo.

18,31-34. Inminente subida a Jerusalén. Los Doce, el Israel mesiánico. última predicción, más detallada, de la muerte-resurrección (cf. 9,22.44). Jesús aparece aquí como el prototipo de el Hombre. El cumplimiento de profecías será señalado por Lc (24,7.26s.45-47; Hch 3,18; 8,32. 35, etc.). La principal profecía que va a cumplirse es la del éxodo (9,31; 13,33) y, con ella, la del Servidor de Dios (Is 53; cf. hch 8,32s). La incomprensión es absoluta, como lo indica Lc al acumular tres frases para expresarla (34, cf. 9,45).

martes, 14 de diciembre de 2010

LA LEY Y LA ENTRADA EN EL REINO. EL RICO OBSERVANTE. Lc 18,18-30.

18 Un magistrado le preguntó:
- Maestro insigne, ¿qué tengo que hacer para heredar vida definitiva?
19 Jesús le contestó:
- ¿Por qué me llamas insigne? Insigne como Dios, ninguno.
20 Ya sabes los mandamientos: No cometas adulterio, no mates, no robes, no des falso testimonio, sustenta a tu padre y a tu madre.
21 Él replicó:
- Todo eso le he cumplido desde joven.
22 Al oírlo Jesús, le dijo:
- Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes y repártelo a los pobres, que tendrás en Dios tu riqueza y anda, sígueme a mí.
23 Al oír aquello se puso muy triste, porque era riquísimo.
24 Viéndolo tan triste dijo Jesús:
- ¡Con qué dificultad entran en el reino de Dios lo que tienen el dinero!
25 Porque es más fácil que entre un camello por el ojo de una aguja que no que entre un rico en el reino de Dios.
26 Los presentes exclamaron:
- Entonces, ¿quién puede subsistir?
27 Él contestó:
- Lo imposible humanamente es posible con Dios.
28 Replicó Pedro:
- Pues nosotros dejamos lo que teníamos y te seguimos.
29 Jesús les dijo:
- Os lo aseguro: No hay ninguno que haya dejado casa o mujer o hermanos, o padre o hijos, por causa del reinado de Dios,
30 que no reciba en este tiempo mucho más y en la edad futura vida definitiva.


EXPLICACIÓN.

A'. La Ley y la entrada en el Reino. 18-30. Nuevo personaje y nuevo tema. Esta perícopa está en paralelo con 10,25-37, donde se proponía la misma pregunta sobre el modo de obtener vida definitiva. Aquella respuesta de Jesús no ha dejado satisfecho a los ambientes judíos.

Un magistrado, representante del estamento político-social, como allí "un jurista" lo era del religioso-legalista (10,25). Tres momentos: Pregunta y propuesta (18-23). Analogía del rico y el camello (24-27). Interpelación de Pedro (28-30).

El hecho de que Jesús no hable de la otra vida, sino del reinado de Dios como una realidad para este mundo, inquieta a estos dos estamentos por diversas razones, que en el fondo confluyen, precisamente porque temen el influjo que puede tener Jesús sobre las masas como "maestro". Maestro insigne, adulación.

Como en el otro caso, Jesús contesta con una contrapregunta y muestra la simplicidad de la cuestión: el problema estaba ya resuelto en la Ley. Cita únicamente los mandamientos relativos al prójimo: la conducta ética asegura la vida definitiva. Coloca el cuarto mandamiento al final: la preocupación por la familia no puede dispensar del interés por la humanidad. El magistrado, perfecto cumplidor de la Ley (21).

A este hombre, que se dice ejemplar, Jesús le ofrece la oportunidad de hacerse discípulo. Una cosa (22), cf. 10,42: "sólo una cosa es necesaria" (María escuchaba el mensaje; 8,21; "escuchar el mensaje de Dios y ponerlo por obra"; cf. 12,33; 14,33; 16,13). El apego a las riquezas le impide aceptar (12,34) (23).

Comentario de Jesús: el reino de Dios es el de los pobres voluntarios (6,20); es prácticamente imposible que los ricos entren en él (24s). Temor de los oyentes a caer en la miseria; en un grupo donde todos son pobres es imposible subsistir (cf. Mt 19,25) (26). Es posible con Dios (27), cf. 12,29.32.

Pedro pide una solución concreta para ellos, que ya no tienen nada (cf. 5,11) (28). En el reino de Dios el abandono de los bienes no conduce a la miseria, sino a la abundancia ya en esta vida, asegurando además la vida definitiva. La antigua familia queda sustituida por la nueva: afecto y seguridad (29s).

viernes, 10 de diciembre de 2010

LOS DISCÍPULOS Y LOS NIÑOS. Lc 18,15-17.

15 Le llevaban también a los niños de pecho para que los tocara. Al verlo, los discípulos les regañaban.
16 Pero Jesús los invitó a acercarse diciendo:
- Dejad que se me acerquen los chiquillos y no se lo impidáis, porque los que son como ellos tienen Dios por rey.
17 Os aseguro que quien no acoja el reino de Dios como un chiquillo, no entrará en él.


EXPLICACIÓN.

B '. Dos grupos de seguidores. 15-17. Nuevos personajes. Dos grupos, discípulos y chiquillos (cf. 9,46-48), en paralelo con las figuras de Marta y María (10,38-42), que representaban respectivamente a los Doce y a los seguidores de Jesús no procedentes del judaísmo.

Popularidad de Jesús. Los discípulos se oponen: caso de escándalo (17,1-3a). Los niños de pecho (comienzo de la vida) son interpretados por Jesús como chiquillos, es decir, nuevos seguidores no judíos, que, al dar la adhesión a Jesús, están dispuestos al servicio ("chiquillo/criadito", cf. 9,46-48) (16). Mientras los discípulos se encumbran, y por eso desprecian a los "chiquillos", éstos son "los que se abajan" por el servicio (18,14b) y así acogen el reino de Dios. Esta actitud es condición para el Reino (17).

DOS MODOS DE ORAR: PARÁBOLA DEL FARISEO Y EL RECAUDADOR. Lc 18,9-14.

9 Refiriéndose a algunos que estaban plenamente convencidos de estar a bien con Dios y despreciaban a los demás, añadió esta parábola:
10 -Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo, el otro recaudador.
11 El fariseo se plantó y se puso a orar para sus adentros: "Dios mío, te doy gracias de no ser como los demás: ladrón, injusto o adúltero; ni tampoco como ese recaudador.
12 Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que gano".
13 El recaudador, en cambio, se quedó a distancia y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; se daba golpes de pecho diciendo: "¡Dios mío, ten piedad de este pecador!"
14 Os digo que éste bajó a su casa a bien con Dios y aquél no. Porque a todo el que se encumbra, lo abajarán y al que se abaja, lo encumbrarán.


EXPLICACIÓN.

Dos maneras opuestas de orar (paralelo con 11,1-5). Sigue hablando a los discípulos (cf. 18,1), algunos de los cuales participan de la actitud farisea (cf. 16,15); el desprecio que éstos muestran por los demás es lo que provoca el escándalo (17,1-3a).

El fariseo no pide nada a Dios, como si no necesitase nada para sí. Está plenamente satisfecho de su condición presente (5,32: "los justos"; 7,30). Acción de gracias sólo aparente: monólogo de complacencia en sí mismo. Dios debería estarle agradecido por su fidelidad. Forma clase aparte (no como los demás); enumera los vicios de otros. Desprecio del recaudador. Sus prácticas religiosas, ayuno y diezmo, sin compromiso con el prójimo (11s).

Contraste con la figura del recaudador: su oración es una petición (cf. Sal 51), reconociendo su condición de pecador (13). El que cree que el amor de Dios se compra con el mérito de las obras, es rechazado por Dios; el que no siente necesidad de salvación, no puede recibirla. El que espera su rehabilitación del amor gratuito de Dios, la obtiene (14).

PARÁBOLA DE LA VIUDA Y EL JUEZ. Lc 18,1-8.

18 1 Para explicarles que tenían que orar siempre y no desanimarse, les propuso esta parábola:
2 -En una ciudad había un juez que ni temía a Dios ni respetaba a hombre.
3 En la misma ciudad había una viuda que iba a decirle: "Hazme justicia frente a mi adversario".
4 Por bastante tiempo no quiso, pero después pensó: "Yo no temo a Dios ni respeto a hombre,
5 pero esa viuda me está amargando la vida; le voy a hacer justicia, para que no venga continuamente a darme esta paliza".
6 Y el Señor añadió:
- Fijaos en lo que dice el juez injusto;
7 pues Dios ¿no reivindicará a sus elegidos, si ellos le gritan día y noche, o les dará largas?
8 Os digo que los reivindicará sin tardar. Pero cuando llegue el Hombre, ¿qué?, ¿va a encontrar esa fe en la tierra?


EXPLICACIÓN.

C '. La oración. 1-14 Nueva temática, vista desde dos aspectos diferentes, la petición insistente (1-8) y dos modos opuestos de orar (9-14); cf. 11,1-13.

1-8 Disposición subjetiva respecto a la llegada del Reino, tema de la perícopa anterior: no desfallecer en la petición (paralelo con 11,5-13), que expresa el deseo de justicia/reivindicación (cf. 11,30) (1).

Parábola: la insistencia vence la resistencia del juez injusto (2-5). Dios, en cambio, desea reivindicar a los oprimidos, pero su acción será una respuesta al deseo de liberación que éstos muestren (7: le gritan día y noche).

La injusticia está encarnada en la institución judía (3: el adversario) que ha dado muerte a Jesús. Los elegidos son los Doce, el Israel mesiánico (cf. 6,13), que deben pedir a Dios que el sistema opresor caiga lo antes posible (7).

Jesús duda de que sientan ese deseo de justicia. La llegada del Hombre, el momento de la reivindicación, la destrucción de Jerusalén (cf. 17,30). No van a tener esa fe, porque no han roto aún radicalmente con la institución judía (cf. 17,6). La tierra designa el territorio de Israel (cf. 7,9). Lc describe la situación posterior de los creyentes de origen judío, que siguen apegados a la ideología e instituciones del judaísmo (cf. Hch 2,46).

viernes, 3 de diciembre de 2010

LA LLEGADA DEL REINADO DE DIOS. CONTRA LA EXPECTACIÓN FARISEA. Lc 17,20-37.

20 A los fariseos, que le preguntaban cuándo iba a llegar el reinado de Dios, les contestó:
- La llegada del reinado de Dios no está sujeta a cálculos,
21 ni podrán decir: "Míralo aquí o allí; porque el reinado de Dios está a vuestro alcance.
22 Y a sus discípulos les dijo:
- Llegará un tiempo en que desearéis ver el primero de los días del Hombre y no lo veréis.
23 Entonces os dirán: "Míralo aquí, míralo allí"; no vayáis ni corráis detrás,
24 porque, igual que el fulgor del relámpago brilla de un extremo al otro del horizonte, así ocurrirá con el Hombre.
25 Pero antes tiene que padecer mucho y ser rechazado por esta generación.
26 Lo que pasó en los días de Noé pasará también en los del Hombre:
27 comían, bebían y se casaban ellos y ellas, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y acabó con todos.
28 Lo mismo sucedió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, plantaban y construían;
29 pero el día que Lot salió de Sodoma llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos.
30 Así sucederá el día que el Hombre se manifieste.
31 Aquel día, quién esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa, que no baje por ellas; y quien esté en el campo, lo mismo, que no se vuelva para atrás.
32 Acordaos de la mujer de Lot.
33 El que trate de poner su vida al seguro, la perderá; en cambio, el que la pierda la conservará.
34 Esto os digo: Aquella noche estarán dos en una cama; a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán;
35 estarán dos moliendo juntas; a una se la llevarán y a la otra la dejarán.
36
37 Entonces le preguntaron:
- ¿Dónde será, Señor?
Él les contestó:
- Allí donde esté el cuerpo, se reunirán los buitres.


EXPLICACIÓN.

D `. La llegada del reinado de Dios. 17,20-37. Nuevos personajes, los fariseos. Temática: La llegada del reinado de Dios (cf. 11,14-32). Para los fariseos, la llegada del Reino se identifica con la restauración gloriosa de Israel como nación, por una intervención divina extraordinaria. No está sujeta a cálculos (20), porque el Reino no se instaurará mediante una intervención divina decidida de antemano, sino que su llegada exige la colaboración del hombre; de hecho, tampoco se tratará de la restauración de Israel como nación. Dada la presencia de Jesús, la opción por el Reino ya es posible (21).

Aprovecha Jesús la pregunta para instruir a los discípulos (22), influenciados por la doctrina farisea. El primero de los días del Hombre; el gr. mian puede significar "uno" o, por semitismo, "el primero" (cf. 24,1); parece tratarse, pues, del día de la inauguración del Reino, interpretado por los discípulos en el sentido fariseo. Para Jesús, la llegada del Reino incluye dos aspectos: la destrucción de Jerusalén y la entrada de los paganos (22,29-33; cf. 9,27). No deben hacer caso de noticias sobre una posible llegada (23); ésta será evidente y perceptible por todos (con los mejores mss. se omiten las palabras "en su día") (24); su aspecto de ruina será consecuencia del rechazo de Jesús por parte de los dirigentes judíos (25).

Pensarán que el rechazo no ha tenido consecuencias, pero, de pronto, la situación se hará catastrófica. Así sucedió tanto en tiempo de Noé (26s) com en tiempo de Lot (28s); el paralelo con estos dos casos proverbiales hace resaltar la impiedad y la corrupción del sistema judío. También el día del Hombre, la destrucción de Jerusalén y del templo, se revelará como un desastre tremendo, consecuencia de las malas opciones (30).

Única salida, la fuga (31s; cf. 21,21). La más estrecha compañía, en el reposo o en el trabajo, no asegura la misma suerte para los hombres; ser o no aceptado depende únicamente de la opción que haya hecho cada uno. La opción por Jesús, única seguridad (33-35). Los mejores mss. omiten el v.36, tomado de Mt 24,40.

Respuesta enigmática (37): el punto de reunión de los buitres revelará dónde está la carroña (Job 39,27-30). Nueva alusión a la guerra contra Jerusalén y a la destrucción de la ciudad. Los buitres/águilas pueden aludir a las águilas romanas. El verbo reunirse se usa en los LXX oara indicar la reunión de los ejércitos paganos que destruyen a Israel (Miq 4,11; Hab 2,5; Zac 12,3; 14,2).

LOS DIEZ LEPROSOS. Lc 17,11-19.

11 Yendo camino de Jerusalén, también Jesús atravesó por entre Samaría y Galilea.
12 Cuando iba a entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos
13 y le dijeron a voces:
- ¡Jesús, jefe, ten compasión de nosotros!
14 Al verlos les dijo:
- Id a presentaros a los sacerdotes.
Mientras iban de camino, quedaron limpios.
15 Uno de ellos, viendo que se había curado, se volvió alabando a Dios a grandes voces
16 y se echó a sus pies rostro a tierra, dándole las gracias: éste era samaritano.
17 Jesús preguntó:
- ¿No han quedado limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están?
18 ¿No ha habido quien vuelva para dar gloria a Dios, excepto este extranjero?
19 Y le dijo:
- Levántate, vete, tu fe te ha salvado.


EXPLICACIÓN.
E '. La verdadera purificación. 11-19. Cambio de escenario. Nueva temática: la curación/purificación de unos leprosos. El improbable itinerario que señala Lc está en función de la presencia de un samaritano en el grupo de leprosos. Éstos son figura del grupo mezclado (judíos, samaritanos) de discípulos (13: Jefe, en Lc siempre en boca de los discípulos: 5,5; 8,24.45; 9,33.49), que se sienten marginados por la institución judía.

Jesús los manda a ella, y se curan precisamente al dejar la aldea, el círculo cerrado (12, cf. 10.38), antes de llegar al templo (14). De nuevo pone Lc de ejemplo a un samaritano (heterodoxo), en contraste con los judíos (10,30-37). Sólo el samaritano reconoce que la adhesión a Jesús, que lo ha curado, y la pertenencia al Reino basta para liberarlos de toda marginación; los demás se sienten aún vinculados a la institución judía y desean ser reconocidos por ella (15s).

Extrañeza de Jesús por la ingratitud (7,9: falta de fe) de los discípulos judíos (17s). La fe/adhesión lleva también a la salvación plena (7,50; 8,48; 18,42) (19). La temática sobre la pureza, contra los fariseos y juristas, se ha desarrollado en 11,37-54.

CONTRA EL ESPÍRITU FARISEO. Lc 17,1-10.

17 1 Y dirigiéndose a sus discípulos les dijo:
- Es inevitable que sucedan esos escándalos, pero ¡ay del que los provoca!
2 Más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños.
3 Andaos con cuidado.
Si tu hermano te ofende, repréndelo; y, si se arrepiente, perdónalo.
4 Si te ofende siete veces al día y vuelve siete veces a decirte: "Lo siento", lo perdonarás.

CALIDAD DE LA FE E INUTILIDAD DE LA OBSERVANCIA.

5 Los apóstoles le pidieron al Señor:
- Auméntanos la fe.
6 El Señor contestó:
- Si tuvierais una fe como un grano de mostaza, le diríais a esa morera: "quítate de ahí y tírate al mar", y os obedecería.
7 Pero suponed que un siervo vuestro trabaja de labrador o de pastor. Cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: "Pasa corriendo a la mesa?
8 No, le decís: "Prepárame de cenar, ponte el delantal y sírveme mientras yo como; luego comerás tú".
9 ¿Tenéis que estar agradecidos al siervo porque hace lo que se le manda?
10 Pues vosotros lo mismo: cuando hayáis hecho todo lo que os han mandado, decid: "Somos unos pobres siervos, h emos hecho lo que teníamos que hacer".


EXPLICACIÓN.

Después de la denuncia de los fariseos, Jesús quiera atajar su influjo sobre los discípulos (cf. 12,1b). Por eso, esta instrucción está planteada desde la mentalidad farisea que Jesús quiere combatir en los suyos.

Estos pequeños (2) se contraponen al "más grande" (cf. 9,46-48, el caso del "chiquillo"). La actitud que escandaliza es la propia de los fariseos, la ambición de grandeza y preeminencia (16,15). Los pequeños (estos los designa como presentes) son discípulos de Jesús que no pertenecen a los Doce/Israel mesiánico. Seria advertencia a los discípulos (3a, cf.12,1b; 20,46). Recomponer la unidad (3b): perdón indefinido (4), contra el rigor fariseo (cf. 6,36s).

Colofón (5-10). Apóstoles, es decir, enviados/misioneros, los Doce (6,13) (5), petición en vista de la misión. El Señor (6), denominación de Jesús resucitado: sus palabras, válidas para cualquier ocasión.

Rechaza la petición (6): fe auténtica, aunque sea mínima; siendo la fe/adhesión una disposición del hombre, no puede añadirse desde fuera; si es verdadera y el hombre colabora, irá creciendo como el grano de mostaza (13,19). La morera, como la higuera (13,6-9), es figura de la institución judía.

En lenguaje figurado, Jesús les indica que la fe exige una ruptura radical con esa institución y con sus principios; para eliminar ese sistema de injusticia (os obedecería), la ruptura ha de ser tal que incluya el deseo de su desaparición (tírate al mar). Con ese deseo y objetivo ha de ejercerse la misión ("apóstoles"); los Doce no lo tienen, por eso la misión no progresa (cf. 9,37-43).

Como no han roto con los principios del judaísmo, Jesús quiere mostrarles a qué reducen su relación con Dios, atacando con ello la doctrina farisea de la observancia servil de la Ley (9: lo que se le manda). El siervo no tiene derechos (8: Prepárame de cenar, etc.). Si los Doce siguen los principios fariseos, después de haber observado fielmente la Ley (10: lo que se os ha mandado) no serán ante Dios más que unos pobres siervos (lit."siervos inútiles"), en vez de de "hijos del Altísimo" (6,35), como corresponde a los ciudadanos del Reino.

Hay una correspondencia entre el retrato que hace Jesús en este pasaje de la actitud de los Doce y la respuesta del hijo mayor, figura de los fariseos, a su padre (15,29) en la parábola de los dos hijos: "en tantos años como te sirvo (siervo) sin saltarme nunca un mandato/mandamiento tuyo" (todo lo que os han mandado); esto muestra el sentido de las palabras de Jesús.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

INVECTIVA A LOS FARISEOS. EL RICO Y LÁZARO. Lc 16, 14-31.

14 Oyeron todo esto los fariseos, que son amigos del dinero, y se burlaban de él.
15 Jesús les dijo:
- Vosotros sois los que os las dais de intachables ante la gente, pero Dios os conoce por dentro, y ese encumbrase entre los hombres le repugna a Dios.
16 La Ley y los Profetas llegaron hasta Juan; desde entonces se anuncia el reinado de Dios, y todo el mundo usa la violencia contra él;
17 pero es más fácil que pasen el cielo y la tierra que no que caiga un acento de la Ley.
18 Todo el que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con una repudiada comete adulterio.
19 Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino, y banqueteaba todos los días espléndidamente.
20 Un pobre llamado Lázaro estaba echado en el portal, cubierto de llagas;
21 habría querido llenarse el estómago con lo que caía de la mesa del rico; por el contrario, incluso se le acercaban los perros para lamerle las llagas.
22 Se murió el pobre y los ángeles lo reclinaron a la mesa al lado de Abrahán. Se murió también el rico, y lo enterraron.
23 Estando en el lugar de los muertos, en medio de tormentos, levantó los ojos, vio de lejos a Abrahán con Lázaro echado a su lado
24 y lo llamó:
- Padre Abrahán, ten piedad de mí; manda a Lázaro que moje en agua la punta de un dedo y me refresque la lengua, que padezco mucho en estas llamas.
25 Pero Abrahán le contestó:
- Hijo, recuerda que en esta vida te tocó a ti lo bueno y a Lázaro lo malo; por eso ahora éste encuentra consuelo y tú padeces.
26 Además, entre nosotros y vosotros se abre una sima inmensa, así que, aunque quiera, nadie puede cruzar de aquí hasta vosotros ni pasar de ahí hasta nosotros.
27 El rico insistió:
- Entonces, padre, por favor, manda a Lázaro a casa de mi padre,
28 porque tengo cinco hermanos: que los prevenga, no sea que acaben también ellos en este lugar de tormento.
29 Abrahán le contestó:
- Tienen a Moisés y a los Profetas, que los escuchen.
30 El rico volvió a insistir:
- No, no, padre Abrahán, pero si uno que ha muerto fuera a verlos, se enmendarían.
31 Abrahán le replicó:
- Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, no se dejarán convencer ni aunque uno resucite de la muerte.


EXPLICACIÓN.

Los que sirven al dinero y, por tanto, no pueden estar al servicio de Dios (14, cf. 14,13). Jesús pone al descubierto la realidad de los fariseos, escondida tras la apariencia que muestran ante la gente, y su orgullo (15).

El AT ha perdido su validez, como el anuncio la pierde ante la realidad (cf. Mt 11,12s): Juan Bautista, frontera entre las dos épocas. La realidad liberadora del Reino suscita reacciones violentas, pues pone en peligro los intereses de muchos (16).

El reinado de Dios cumple lo anunciado por la Ley, en particular el éxodo definitivo, prefigurado en los libros de Moisés, y éste se realizará hasta lo último (17). Ejemplo de cambio de época: el repudio, permitido por la Ley (Dt 24,1), está excluido del Reino; la mujer adquiere su igualdad con el hombre (18).

La historia que sigue (19-31) va dirigida a los fariseos, amigos del dinero (16,14). Jesús les habla en su lenguaje: les muestra su infidelidad basándose en sus mismos presupuestos. Por eso, las categorías que usa en la parábola son del AT, no del reino de Dios. La situación descrita se corresponde con la malaventuranza contra los ricos expresada en 6,24s; no es, por tanto, admisible en el grupo cristiano.

El premio para el pobre en la otra vida es doctrina farisea; Jesús ha proclamado su bienaventuranza para los pobres en esta tierra (6,20). Lázaro es el pobre miserable, no el pobre cristiano. El rico representa a la clase dirigente que se desentiende del pueblo. De sus descendientes, Abrahán acoge a los pobres, no a los ricos (22s). Los fariseos (28: los cinco hermanos que han quedado en la casa) no hacen caso del AT; se menciona a los profetas por su incesante denuncia de la opresión de los pobres.

Los fariseos no han hecho caso de la enseñanza de la Escritura que se precian de observar. Para los que no acatan la voluntad de Dios manifestada, es inútil toda otra prueba (31). Alusión a la resurrección de Jesús. Pretendiendo ser fieles a la Ley, descuidan lo principal, el amor a los demás (11,42).

ACTITUDES DEL DISCÍPULO. PARÁBOLA DEL ADMINISTRADOR. Lc 16,1-13.

16 1 Y añadió dirigiéndose a sus discípulos:
- Había un hombre rico que tenía un administrador, y le fueron con el cuento de que éste derrochaba sus bienes.
2 Entonces lo llamó y le dijo:
- ¿Qué es eso que oigo decir de ti? Dame cuenta de tu gestión, porque no podrás seguir de administrador.
3 El administrador se dijo:
- ¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza.
4 Ya sé lo que voy a hacer, para que, cuando me despidan de la administración, hay quien me reciba en su casa.
5 Fue llamando uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero:
- ¿Cuánto debes a mi señor?
6 Aquél respondió:
- Cien barriles de aceite.
Él le dijo:
- Toma tu recibo; date prisa, siéntate y escribe "cincuenta".
7 Luego preguntó a otro:
- Y tú, ¿cuánto le debes?
Éste contestó:
- Cien fanegas de trigo.
Le dijo:
- Toma tu recibo y escribe "ochenta".
8 El señor elogió a aquel administrador de los injusto por la sagacidad con que había procedido, pues los que pertenecen a este mundo son más sagaces con su gente que los que pertenecen a la luz.
9 Ahora os digo yo: Haceos amigos con el injusto dinero, para que, cuando se acabe, os reciban en las moradas definitivas.
10 Quien es de fiar en lo de nada, también es de fiar en lo importante; quien no es honrado en lo de nada, tampoco es honrado en lo importante.
11 Por eso, si no habéis sido de fiar con el injusto dinero, ¿quién os va a confiar lo que vale de veras?
12 Si no habéis sido de fiar en lo ajeno, lo vuestro, ¿quién os lo va a entregar?
13 Ningún criado puede estar al servicio de dos amos: porque o aborrecerá a uno y querrá al otro, o bien se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero.


EXPLICACIÓN.

Segunda secuencia: 1-13- Dirigida a los discípulos. La parábola es clara si se tienen en cuenta los usos de la época. La reducción de la cifra en el recibo no significa fraude al dueño, sino renuncia a la propia comisión. Por eso el dueño elogia al administrador (8); lo injusto, el dinero mismo.

Aplicación de la parábola a los discípulos (9), cf. 12,33; 14,33. Lo de nada (10), el dinero; no sólo es trivial e irreal, no es además cosa propia del hombre (12: lo ajeno). Lo propio del hombre es el Espíritu, don del Padre (11,13); para recibirlo se requiere el desprendimiento (11,33-36). El Espíritu lleva al don de sí mismo; quien no está avezado a dar (12,33) no podrá responder a él (11s). Colofón: el amor al dinero, una idolatría. Hay que optar entre los dos señores: no hay término medio (13).