martes, 9 de noviembre de 2010

TRAVESÍA A PAÍS PAGANO: LA TEMPESTAD. Lc 8,22-26.

22 Un día subió también él a una barca con sus discípulos y les dijo:
- Crucemos al otro lado del lago.
Y zarparon.
23 Mientras navegaban, se quedó dormido. Se abatió sobre el lago un torbellino de viento; la barca se les anegaba y corrían peligro.
24 Acercándose a Jesús lo despertaron diciéndole:
- ¡Jefe, jefe, que perecemos!
Él, ya despierto, conminó al viento y al oleaje; se apaciguaron y se produjo la calma.
25 Entonces les dijo:
- ¿Dónde está vuestra fe?
Ellos, con miedo y admiración, comentaban:
- Pero entonces, ¿quién es éste? Porque da órdenes a los vientos y al agua y le obedecen.
26 Y arribaron a la región de los gerasenos, que están enfrente de Galilea.


EXPLICACIÓN.

C'. Jesús y el paganismo. 22-26. Viaje a país pagano; también él se embarca, com oen otro tiempo Jonás (Jon 1,1-16); se anuncia la futura misión, que será tarea de los discípulos, sin la presencia física de Jesús (23: dormido). La tempestad, obstáculo para la misión. Jefe (24, repetido, forma de dar énfasis: cf. 5,5); conminó, usado para el demonio (4,35) y la fiebre (4,39): carácter demoníaco de la tempestad; el viento (23), "espíritu diabólico", el del paganismo, que se opone a la misión. Miedo de los discípulos ante la potencia del paganismo, que amenaza con destruirlos. Su invocación a Jesús manifiesta su fata de fe. Dominar el viento y el oleaje era propio de Dios (Sal 65,8; 89,10; 107,23ss) (24). El miedo, opuesto a la fe. No comprenden la identidad de Jesús, el Hombre-Dios (25). La cuestión se irá aclarando paulatinamente en el Evangelio.

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