viernes, 5 de noviembre de 2010

ACTITUD DEL DISCÍPULO. Lc 6,39-7,1

39 Y añadió una comparación:
- ¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?
40 Un discípulo no es más que su maestro, aunque, terminado el aprendizaje, cada uno le llegará a su maestro.
41 ¿Por qué te fijas en la mota del ojo de tu hermano y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?
42 ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano, deja que te saque la mota del ojo", sin fijarte tú en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita!, sácate primero la viga de tu ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano.
43 Cierto, no hay árbol sano que dé fruto dañado ni, a su vez, árbol dañado que dé fruto sano.
44 Cada árbol se conoce por sus frutos: ¡no se cogen higos de los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas!
45 El que es bueno, de la bondad que almacena en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal: porque lo que rebosa del corazón lo habla la boca.

LOS DOS CIMIENTOS.

46 ¿Por qué me invocáis: "¡Señor, Señor!", y no hacéis lo que digo?
47 Todo el que se acerca a mí, escucha mis palabras y las pone por obra, os voy a indicar a quién se parece:
48 se parece a un hombre que edificaba una casa: cavó, ahondó y asentó los cimientos sobre la roca; vino una crecida, rompió el río contra aquella casa y no pudo hacerla vacilar porque estaba bien construida.
49 En cambio, el que las escucha y no las pone por obra se parece a uno que edificó una casa sobre la tierra, sin cimientos; rompió el río contra ella y en seguida se derrumbó; y ¡hay que ver qué ruina la de aquella casa!

7 1 Cuando acabó todas las prescripciones que destinaba al pueblo, entró en Cafarnaún.


EXPLICACIÓN.

Actitud del discípulo. Dicho proverbial (39). Ser igual al maestro, no en el mero saber, sino en la práctica del mensaje (el amor expuesto en la parte anterior): Jesús, el Hombre-Dios, espera que los suyos lleguen a su altura (cf. Jn 13,44) (40). Conducta inmadura: corregir a otros sin ver los propios defectos; la ceguera, la viga: la falta de amor (41s). El modo de actuar revela la realidad interior del hombre (43s); en particular, las palabras (45)

Jesús no busca admiradores ni adoradores, sino seguidores (46). No se fundamenta una vida (la casa) por la mera adhesión a una doctrina, sino por la fidelidad a una praxis. El éxito del mensaje depende de cada uno (47-49). Para el pueblo / el Israel histórico (cf. 6,17b), el contenido del discurso toma el puesto de la Ley (7,1).

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