martes, 30 de noviembre de 2010

EL HIJO PRÓDIGO Y EL HIJO OBSERVANTE. Lc 15,11-32.

11 Y añadió:
- Un hombre tenía dos hijos;
12 el menor le dijo a su padre:
- Padre, dame la parte de la fortuna que me toca.
El padre les repartió los bienes.
13 A los pocos días, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo como un perdido.
14 Cuando se lo había gastado todo, vino un hambre terrible en aquella tierra, y empezó él a pasar necesidad.
15 Fue entonces y buscó amparo en uno de los ciudadanos de aquel país, que lo mandó a sus campos a guardar cerdos.
16 Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos, pues nadie le daba de comer.
17 Recapacitando entonces se dijo:
- Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre.
18 Voy a volver a casa de mi padre y le voy a decir: "Padre, he ofendido a Dios y te he ofendido a ti;
19 ya no merezco llamarme hijo tuyo; trátame como a uno de tus jornaleros".
20 Entonces se puso en camino para casa de su padre. Cuando aún estaba lejos, lo vio su padre y se conmovió; salió corriendo, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.
21 El hijo empezó:
- Padre, he ofendido a Dios y te he ofendido a ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo.
22 Pero el padre dijo a sus criados:
- Sacad en seguida el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en el dedo y sandalias en los pies;
23 traed el ternero cebado, matadlo y celebremos un banquete,
24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y se le ha encontrado.
Y empezaron el banquete.
25 El hijo mayor estaba en el campo. A la vuelta, cerca ya de casa, oyó la música y el baile;
26 llamó a uno de los mozos y le preguntó qué pasaba.
27 Éste le contestó:
- Ha vuelto tu hermano, y tu padre ha mandado matar el ternero cebado por haber recobrado a su hijo sano y salvo.
28 Él se indignó y se negaba a entrar; su padre salió e intentó persuadirlo,
29 pero él replicó a su padre:
- A mí, en tantos años como te sirvo sin saltarme nunca un mandato tuyo, jamás me has dado un cabrito para hacer fiesta con mis amigos;
30 en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, matas para él el ternero cebado.
31 El padre le respondió:
- Hijo, ¡si tú estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo!
32 Además, había que hacer fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a vivir, andaba perdido y se le ha encontrado.


EXPLICACIÓN.

El contenido de esta parábola sobrepasa el de las dos anteriores. El hijo primogénito, figura del Israel/los fariseos; el hijo menor, de los "pecadores/paganos". El pequeño es el hombre sin ley; el mayor, el observante escrupuloso (29).

La experiencia convence al hijo pequeño de su error y lo obliga a recapacitar (17-19). Vuelta del hijo: el padre no lo espera en casa, sale a su encuentro (20); no lo deja acabar la frase que tenía preparada (18s.21); la enorme alegría se manifiesta en el derroche de acogida y de fiesta (22s).

El hijo mayor, en cambio, que ha condenado a su hermano (30), es incapaz de alegrarse por su vuelta. No sabe ser hijo: sirve a su padre y no sabe que todo lo del padre es suyo; vive en su propia casa como un siervo. Jesús retrata la actitud de los fariseos; no se parecen en nada a Dios, porque no saben amar como él (6,36); ponen su orgullo solamente en la observancia; para ellos, Dios no es Padre, sino dueño.

INVITACIÓN AL DISCIPULADO. GENERAL ACEPTACIÓN DE LOS PECADORES. Lc 14,25-15,32.

CONDICIONES PARA SER DISCÍPULO.



25 Lo acompañaban por el camino grandes multitudes; él se volvió y les dijo:
26 - Si uno quiere venirse conmigo y no me prefiere a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a sí mismo, no puede ser discípulo mío.
27 Quien no carga con su cruz y se viene detrás de mí, no puede ser discípulo mío.
28 Ahora bien, si uno de vosotros quiere construir una casa, ¿no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla?
29 Para evitar que, si echa los cimientos y no puede acabarla, los mirones se pongan a burlarse de él a coro
30 diciendo: "Éste empezó a construir y no ha sido capaz de acabar".
31 Y si un rey va a dar batalla a otro, ¿no se sienta primero a deliberar si le bastarán diez mil hombres para hacer frente al que viene contra él con veinte mil?
32 Y si ve que no, cuando el otro está todavía lejos, le envía legados para pedir condiciones de paz.
33 Esto supuesto, todo aquel de vosotros que no renuncie a todo lo que tiene no puede ser discípulo mío.
34 Sï, excelente cosa es la sal. Pero si también la sal se pone sosa, ¿con qué se sazonará?
35 No sirve ni para abono ni para el estercolero. Hay que retirarla. ¡Quien tenga oídos para oír, que escuche!

PARÁBOLAS: LA OVEJA Y LA MONEDA PERDIDAS.


15 1 Todos los recaudadores y descreídos se le iban acercando para escucharlo;
2 por eso tanto los fariseos como los letrados lo criticaban diciendo:
- Éste acoge a los descreídos y come con ellos.
3 Entonces les propuso Jesús esta parábola:
4 - Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la descarriada hasta que la encuentra?
5 Y cuando la encuentra, se la carga a hombros, muy contento;
6 al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles:
- Dadme la enhorabuena! He encontrado la oveja que se me había perdido.
7 Os digo que lo mismo dará más alegría en el cielo un pecador que se enmienda, que noventa y nueve justos que no sienten necesidad de enmendarse.

8 Y si una mujer tiene diez monedas de plata y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla?
9 Y cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas para decirles:
- ¡Dadme la enhorabuena! He encontrado la moneda que se me había perdido.
10 Os digo que la misma alegría sienten los ángeles de Dios por un solo pecador que se enmienda.


EXPLICACIÓN.

F'. Instrucción a las multitudes y a los discípulos. 14,25-17,10. Cambio de escenario. Como en 12,1-13,9, largo bloque constituido por dos secuencias. En la primera (14,25-15,32), Jesús se dirige a la multitud; en la segunda (16,1-17,10), principalmente a los discípulos y, por contraste, a los fariseos, cuyo influjo es visible en los primeros.

Primera secuencia: 14,25-15,32. Ante la influencia de gente que lo acompaña hacia Jerusalén, Jesús quiere precisar a las multitudes las condiciones del seguimiento. Discípulo es el que aprende de su maestro un modo de vida.

Primera condición para ser discípulo: subordinarlo todo a la adhesión a Jesús; el objeto de su actividad, la construcción de una sociedad nueva (el reino de Dios), es tan importante, que, en caso de conflicto, predomina sobre todo vínculo familiar (cf. 8,19-21; 11,27s; 12,49-53) e interés personal (9,23s) (26).

Segunda condición: asumir la hostilidad de la sociedad, que no tolera la alternativa que propone el Reino (27). Propone dos ejemplos para mostrar que la decisión no puede hacerse a la ligera; casa: el término griego puede significar lo mismo una torre que una casa de campo (28-32).

Tercera condición: desprenderse de lo que se tiene, para poner fin a la injusticia social causada por la acumulación de dinero (12,33; 18,22) (33). La sal es la fidelidad del discípulo. Quien no es fiel más que en apariencia y no cumple las condiciones expuestas antes, queda excluido del Reino, como Israel (cf. 13,28) (34s).

15,1-10. Respuesta masiva de los considerados como descreídos o irreligiosos, los que no observan la Ley (5,27-32) (1). Crítica de los fariseos (5,30; 7,34); comer con ellos, signo de amistad, intolerable para la teología farisea (7,34); se ventila el principio de si Dios ama o no a los pecadores, es decir, a los que no observan la Ley, y, en último término, a los paganos; en otras palabras, si pone o no como condición para su amor practicar una religiosidad intachable.

Dos parábolas (4-7; 8-10) con la misma moraleja. Apela a la experiencia de sus adversarios (¿Quién de vosotros?); apoyándose en la conducta humana, describe la divina con los hombres: Dios ama a cada uno en particular, sea cual sea su conducta (cf. 6,35s) (4-7); los fariseos, en cambio, prescinden de los que no observan la Ley, pensando que Dios desprecia a los pecadores.

La salvación de un pecador (su respuesta al designio de Dios, 7,29), causa de alegría (7.10). Los justos han frustrado el designio de Dios sobre ellos (5,32; 7,30); no causan tanta alegría (irónico). En el cielo (7), los ángeles de Dios (10), son modos de designar a Dios mismo. De nuevo utiliza Lc la doble figura, masculina (4) y femenina (8) (cf. 13,18-21).

PARÁBOLA: EL GRAN BANQUETE DEL REINO. Lc 14,15-24.

15 Al oír aquello, uno de los comensales le djo:
- ¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios!
16 Jesús le repuso:
- Un hombre daba un gran banquete y convidó a mucha gente;
17 a la hora del banquete mandó a su cridado a avisar a los convidados:
- Venid, que ya está preparado.
18 Pero todos a una empezaron a excusarse. El primero le dijo:
- He comprado un campo y necesito ir a verlo. Dispénsame, por favor.
19 Otro dijo:
- He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a prepararlas. Dispénsame, por favor.
20 Otro dijo:
- Me acabo de casar y, naturalmente, no puedo ir.
21 El criado volvió a contárselo a su señor. Entonces el dueño de la casa, indignado, le dijo:
- Sal corriendo a las plazas y calles de la ciudad y tráete aquí a los pobres, lisiados, ciegos y cojos.
22 El criado dijo:
- Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía queda sitio.
23 Entonces el señor le dijo al criado:
- Sal a los caminos y senderos y aprémiales a entrar hasta que se llene la casa;
24 porque os digo que ninguno de aquellos invitados probará mi banquete.


EXPLICACIÓN.

Un invitado expresa su deseo de participar en el banquete del mundo futuro (15); no sabe que el banquete del Reino y a se da en la comunidad de Jesús (5,29).

Respuesta, una parábola: los que van a gozar de ese banquete son los que él menos se espera; quienes ponen los propios intereses por encima del reino de Dios quedan excluidos de él (16-20). Los tres ejemplos resumen la respuesta de todos (18); los que viven para sí no aceptan la invitación 8cf. 8,14: "preocupaciones, riquezas, placeres"; 14,26.33; 18,24).

Indignación del dueño de la casa ante el desprecio. El designio divino de salvación universal (el reinado de Dios) se realizará aunque Israel, el primer invitado, lo rechace. Gratuidad absoluta: se invita entonces a los que no poseen nada, figura de los paganos (21). Como no se consideran dignos, han de ser persuadidos a entrar (23). Los primeros quedan excluidos definitivamente (13,25-30) (24).

AFÁN DE PRECEDENCIA. Lc 14,7-14.

7 Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso estas máximas:
8 -Cuando alguien te convide a una boda, no te sientes en el primer puesto, que a lo mejor han convidado a otro de más categoría que tú;
9 se acercará el que os invitó a ti y a él y te dirá: "Déjale el puesto a éste". Entonces, avergonzado, tendrás que ir bajando hasta el último puesto.
10 Al revés, cuando te conviden, ve a sentarte en el último puesto, para que, cuando se acerque el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba". Así quedarás muy bien ante los demás comensales.
11 Porque a todo el que se encumbra, lo abajarán, y al que se abaja, lo encumbrarán.
12 Y al que lo había invitado le dijo:
- Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos ni a tus hermanos ni a tus parientes ni a vecinos ricos; no sea que te inviten ellos para corresponder y quedes pagado.
13 Al revés, cuando des un banquete, invita a los pobres, lisiados, cojos y ciegos;
14 y dichoso tú entonces, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.


EXPLICACIÓN.

Centro del tríptico. Comienza el convite (7). Deseo de precedencia (condenado por Jesús en 11,43; cf. Prov 25,6s). Instrucción sobre el banquete del reino mediante dos analogías (en correspondencia con las dos parábolas de la secuencia paralela, 13,18-21). Afán por la precedencia (8-10).

Principio: lo que sucede a nivel humano, sucede también a nivel divino (cf. 1,51-53; 3,5; 18,14). Renunciar a la ambición de honores, condición para entrar en el Reino (11). Hay que ser desinteresado 8cf. 6,33); bienaventuranza para el amor gratuito y la generosidad (11,33-36) (12-14).

viernes, 26 de noviembre de 2010

LA LEY Y EL PRECEPTO. EL HIDRÓPICO. Lc 14,1-6.

14 1 Un día de precepto fue a comer a casa de uno de los jefes fariseos, y ellos lo estaban acechando.
2 Jesús se encontró delante un hombre enfermo de hidropesía
3 y, dirigiéndose a los juristas y fariseos, preguntó:
- ¿Está o no permitido curar en día de precepto?
4 Ellos se quedaron callados. Jesús cogió al enfermo, lo curó y lo despidió.
5 Y a ellos les dijo:
- Si a uno de vosotros se le cae al pozo el burro o el buey, ¿no lo saca en seguida aunque sea día de precepto?
6 Y se quedaron sin respuesta.


EXPLICACIÓN.

G '. La ley y el banquete del Reino. 1-24. Cambio de escenario y de temática: A propósito de la comida en casa de un fariseo, se desarrolla en forma de tríptico (1-6; 7-14; 15-24) el tema del banquete mesiánico, figura del reino de Dios.

1-6 Tercera vez que un fariseo invita a Jesús (7,36; 11,37), con segunda intención (lo estaban acechando) (1). Día de precepto, paralelo con el hombre del brazo atrofiado (6,6-11) y con la mujer encorvada (13,10-17).

Se plantea la misma cuestión que en esos dos episodios: el valor absoluto ¿es la Ley religiosa o el bien del hombre? (3). Silencio: mala fe. Curación y despedida, para que no vuelva a enfermar (4). Ellos se dispensan de la obligación cuando toca a sus intereses (5; cf. 13,15, secuencia paralela). Segundo silencio: debilidad de la postura legalista; no tienen respuesta (6; cf. 13,17).

LAMENTO SOBRE JERUSALÉN. Lc 13,31-35.

31 En aquel momento se acercaron unos fariseos a decirle:
- Vete, márchate de aquí, que Herodes quiere matarte.
32 Él les contestó:
- Id a decirle a ese don nadie: "Yo, hoy y mañana, seguiré curando y echando demonios; al tercer día habré acabado".
33 Pero hoy, mañana y pasado tengo que proseguir mi camino, porque no cabe que un profeta perezca fuera de Jerusalén.
34 ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te envían! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la clueca a sus pollitos bajo las alas, pero no habéis querido!
35 Pues mirad, vuestra casa se os quedará vacía. Y os digo que no volveréis a verme hasta el día que exclaméis: "¡Bendito el que llega en nombre del Señor!".


EXPLICACIÓN.

H. Invectiva contra la institución judía. 31-35. Punto central de la estructura. Estrecha conexión con la perícopa anterior (En aquel momento), Jesús acaba de formular una gran amenaza para Israel como pueblo escogido (13,28-30). Algunos fariseos, con el pretexto de que Herodes quiere matarlo, le aconsejan marcharse de Galilea, territorio de la jurisdicción de Herodes, para evitar que se divulgue allí su planteamiento universalista del Reino, que suprime el privilegio de Israel. Herodes ve en él una amenaza, como antes en Juan (3,19s) (31).

Jesús se niega a interrumpir su labor liberadora (echar demonios, curar). Don nadie (32), lit. "zorro", metáfora cultural, no sólo de la astucia, sino sobre todo de la insignificancia (opuesto a "león", persona importante); Herodes, con su intención de matar a Jesús, afirma su superioridad sobre él, y Jesús se la niega. El tercer día alude a su muerte-resurrección (cf. Os 6,2) (9,22). La mención de los tres días (33: hoy, mañana y pasado) indica la totalidad del camino que resta para llegar a su muerte-resurrección. Triste privilegio de Jerusalén (cf. 11,47).

Tomando pie del consejo de los fariseos, Jesús pronuncia una invectiva contra Jerusalén, la ciudad asesina (34), centro de la institución judía; explicita así el propósito de su viaje (cf. 9,51). Tus hijos, el pueblo; vuestra casa se os quedará vacía (35), no será morada de Dios ni estará protegida por él: alusión a la destrucción del templo/casa de Dios (Jr 7,11-15) y al fin de Israel/casa de Israel como nación (Jr 12,7-13). Sólo encontrarán a su Mesías cuando reconozcan a Jesús.

PELIGRO PARA ISRAEL. LA PUERTA ESTRECHA DEL REINO. Lc 13,22-30.

22 Camino de la ciudad de Jerusalén enseñaba en los pueblos y aldeas que iba atravesando.
23 Uno le preguntó:
- Señor, ¿son pocos los que se salvan?
Jesús les dio esta respuesta:
24 -Forcejead para abriros paso por la puerta estrecha, porque os digo que muchos van a intentar entrar y no podrán.
25 Una vez que el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, por mucho que llaméis a la puerta desde fuera diciendo: "Señor, ábrenos", él os replicará: "No sé quiénes sois".
26 Entonces os pondréis a decirle: "Si hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas";
27 pero él os responderá: "No sé quiénes sois; ¡lejos de mí todos los que practicáis la injusticia!"
28 Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, mientras a vosotros os echan fuera.
29 Y también de oriente y occidente, del norte y del sur, habrá quienes vengan a sentarse en el banquete del reino de Dios.
30 Y así hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos.


EXPLICACIÓN.

Peligro para Israel si no escucha y pone en práctica la enseñanza de Jesús. Pregunta teórica (22s). El número no está determinado, depende de la decisión y esfuerzo de los hombres. La puerta estrecha (24s), la entrada del Reino, que es la opción por Jesús; forcejear por entrar, esforzarse por llevar a la práctica su enseñanza (6,27-49). Llegará un momento en que será demasiado tarde, pues habrá acabado el privilegio de Israel (25: No sé quiénes sois).

Para Israel como pueblo, la puerta se cerrará con la muerte de Jesús, rechazo definitivo del Mesías: ya no contará haber pertenecido a ese pueblo o haber tenido familiaridad con Jesús (26: Si hemos comido y bebido contigo); la mención de haber enseñado en sus plazas los condena a ellos mismos, por no haber seguido su enseñanza (cf. 6,46-49), rechazando el amor a todos que Jesús proponía (6,27ss); de ahí el apóstrofe: los que practicáis la injusticia (27; cf. Sal 6,9). El Reino estará abierto a los paganos (Sal 107,3) (28s). El colofón no excluye que los israelitas tengan acceso al Reino, pero como individuos, no ya como pueblo (30).

PARÁBOLAS: EL GRANO DE MOSTAZA Y LA LEVADURA. Lc 13,18-21.

18 Continuó:
- ¿A qué se parece el reino de Dios? ¿Con qué lo compararé?
19 Se parece al grano de mostaza que un hombre sembró, en su huerto; creció, se hizo un árbol y los pájaros anidaron en sus ramas.
20 E insistió:
- ¿Con qué compararé el reino de Dios?
21 Se parece a la levadura que metió una mujer en medio quintal de harina, y todo acabó por fermentar.


EXPLICACIÓN.

Centro del tríptico: contenido de la enseñanza de Jesús, en forma de parábolas. Figura masculina (19). Contraste entre la pequeñez de los principios y el desarrollo del reino de Dios. En su huerto, Jesús renuncia a la imagen del cedro (Ez 17,23), indicando que el reino de Dios no tendrá el esplendor humano esperado por el judaísmo; vse. Mc 4,30-32; los pájaros, integración de los paganos en el Reino (Dn 4,12.21; Ez 17,23; 31,6).

Figura femenina (21). Acción oculta, pero eficaz. Esta levadura se opone a la de los fariseos (12,1b). No habrá implantación esplendorosa del Reino: estará compenetrado con la realidad humana, hasta lograr que ésta alcance su madurez.

LA LEY Y EL PRECEPTO. EL REINADO DE DIOS. EL PUEBLO DISMINUIDO: LA MUER ENCORVADA. Lc 13,10-17.

10 Estaba enseñando un sábado en una de las sinagogas.
11 Había allí una mujer que llevaba dieciocho años enferma por causa de un espíritu y andaba encorvada, sin poderse enderezar del todo.
12 Al verla, Jesús la llamó y le dijo:
- Mujer, quedas libre de tu enfermedad.
13 Y le aplicó las manos. En el acto se puso derecha y empezó a alabar a Dios.
14 Intervino el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, y le dijo a la gente:
- Hay seis días de trabajo: venid esos días a que os curen, y no el día de precepto.
15 Pero el Señor, dirigiéndose a él, dijo:
- ¡Hipócritas! Cualquiera de vosotros ¿no desata del pesebre al buey o al burro el día de precepto y lo lleva a abrevar?
16 Y a ésta, que es hija de Abrahán y que Satanás ató hace ya dieciocho años, ¿no había que soltarla de su cadena en día de precepto?
17 Según iba diciendo esto se abochornaban sus adversarios, mientras toda la gente se alegraba de tantas magníficas cosas como hacía.


EXPLICACIÓN.

G. La Ley y el reino de Dios. 10-30. Cambio de escenario y de temática. Enseñanza de Jesús en diversos lugares y circunstancias. Tríptico (10-17; 18-21; 22-30).

10-17. Última vez que enseña en una sinagoga. Tema central, la observancia del sábado; el día sagrado se convierte en enemigo del hombre; liberación de las ataduras seculares con que la enseñanza sinagogal tiene trabado al pueblo, para permitir a éste la opción por el Reino.

Figura femenina del pueblo enfermo y disminuido, al igual que la mujer con flujos (8,43-48) y la hija de Jairo (8,41s); la masculina lo ha sido el hombre del brazo atrofiado (6,6-11: sinagoga, curar en sábado) y lo será el hidrópico que se presentará en la secuencia paralela (14,2-5: casa del fariseo, curar en sábado). El contacto con Jesús le devuelve su condición erguida (13; cf. 8,44).

El jefe de sinagoga (14; cf. 8,41.49); seis días de trabajo, prohibido trabajar el séptimo (Éx 20,9s; Dt 5,13s: también a animales). No se atreve a encararse con Jesús; pretende seguir dominando a la gente con la doctrina.

Hipócritas (15; cf. 12,1b), el plural indica que Jesús tiene en vista a los dirigentes, sus adversarios (17). Se cuidan de los animales (interés económico), pero no del pueblo (15s). Hija (de Abrahán) (16), en paralelo con la mujer con flujos (8,48) y la hija de Jairo (8,42).

El poder religioso (16: Satanás, cf. 11,21), ejercido a través del precepto, tiene al pueblo sometido (encorvada), privado de libertad (atado como un animal), le impide la plena condición humana (11: sin poderse enderezar del todo). La alegría de la multitud muestra la rebelión de la conciencia popular contra el dominio de los dirigentes (17).

LA INSTITUCIÓN JUDÍA: PARÁBOLA DE LA HIGUERA ESTÉRIL. Lc 13,6-9.

6 Y añadió esta parábola:
- Un hombre tenía una higuera plantada en su viña, fue a buscar fruto en ella y no lo encontró.
7 Entonces dijo al viñador:
- Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué, además, va a esquilmar la tierra?
8 Pero el viñador le contestó:
- Señor, déjala todavía este año; entretanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol;
9 si en adelante diera fruto..., si no, la cortas.


EXPLICACIÓN.

El desastre anunciado antes ("todos pereceréis también") no puede conjurarse indefinidamente. La viña es figura de Israel (Is 5,1ss; Ez 17,6ss; Sal 80,9). La higuera estéril que impide a la viña dar fruto (esquilmar) representa a la institución religioso-política judía, que va a ser destruida (cf. 20,16). Tres años (7), el plazo definitivo, pero interviene la misericordia: última oportunidad (8). El viñador, figura de Jesús: va a continuar su labor, esperando una respuesta (9).

ENMIENDA O RUINA. Lc 13,1-5.

13 1 En aquella ocasión algunos de los presentes le contaron que Pilato había mezclado la sangre de unos galileos con la de las víctimas que ofrecían.
2 Jesús les contestó:
- ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás, por la suerte que han sufrido?
3 Os digo que no; y, si no os enmendáis, todos vosotros pereceréis también.
4 Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén?
5 Os digo que no; y, si no os enmendáis, todo pereceréis también.


EXPLICACIÓN.

Noticias del día. Las explosiones de violencia o los desastres que ocurren no significan el castigo de los culpables, que permitiría tranquilizar la conciencia de los demás. La injusticia que existe en la sociedad es obra de todos y, si cada uno no la corrige en el terreno personal, la sociedad va a la ruina. El primer ejemplo (2s) se refiere a galileos, probablemente nacionalistas exaltados; el segundo (4s), a gente de Jerusalén. Necesidad del cambio de vida.

URGENCIA DE LA ENMIENDA. INTERPRETAR LOS ACONTECIMIENTOS. Lc 12,54-59.

54 Y añadió para las multitudes:
- Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: "Chaparrón tenemos", y así sucede.
55 Cuando sopla el sur, decís: "Va a hacer bochorno", y lo hace.
56 ¡Hipócritas!, si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo es que no sabéis interpretar el momento presente?
57 Y ¿por qué no juzgáis vosotros mismos lo que se debe hacer?
58 Por ejemplo, cuando vas con tu contrincante a ver al magistrado, haz lo posible por librarte de él mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel.
59 Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo.


EXPLICACIÓN.

Segunda secuencia: 12,54-13,9. Jesús se dirige a las multitudes que habían acudido tumultuosamente (12,1a). En primer lugar les da un aviso para que interpreten correctamente el momento de enmienda y de cambio en que se encuentran (12,54-59); a continuación toma pie de las noticias que la gente le comunica para exhortarlos a la enmienda (13,1-5); termina con una parábola que subraya la urgencia del cambio de vida (13,6-9).

54-59. Interpretan las señales de la naturaleza, pero no las de la historia. Sacan las consecuencias en lo que no las compromete, pero no cuando se trata de la opción existencial (54s). Hipócritas, como los fariseos, bajo cuyo influjo están 8cf. 12,1a). Antes previno a los discípulos a no dejarse influir por los fariseos (12,1b); ahora exhorta a la gente a independizarse de ellos. No necesitan de su doctrina para saber lo que es bueno o es malo (57); deben tener juicio personal y hacer lo que convenga en cada circunstancia: para procurar la justicia vale más la buena voluntad mutua que el recurso legal (58s).

JESÚS, CAUSA DE DIVISIÓN. Lc 12,49-53.

49 Fuego he venido a lanzar a la tierra, y ¡qué más quiero si ya ha prendido!
50 Pero tengo que ser sumergido por las aguas y no veo la hora de que eso se cumpla.
51 ¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? Os digo que paz no, sino división.
52 Porque, de ahora en adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres;
53 se dividirá padre contra hijo e hijo contra padre, madre contra hija, e hija contra madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra.

EXPLICACIÓN.

Colofón de la primera secuencia. Jesús trae fuego a la tierra, pero no un fuego destructor ni de juicio (contra la expectación de Juan Bautista, cf. 3,9.16.17); fuego es el mismo Espíritu (cf. Hch 2,3), fuerza de vida que él infunde en la historia y que causa división entre los hombres (49). Reacción de la sociedad; darle muerte (ser sumergido por las aguas); él desea llevar a término su obra con la plena efusión del Espíritu, que será fruto de su muerte (23,46) (50). El juicio lo hace la actividad misma que la persona adopte ante el mensaje. Se rompe así la falsa paz del orden establecido (cf. Miq 7,6). Los vínculos que crea la adhesión a Jesús son más fuertes que los de sangre (cf. 8,19-21) (51-53).

BUENOS Y MALOS ADMINISTRADORES. Lc 12,41-48.

41 Pedro le preguntó:
- Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos en general?
42 El Señor prosiguió:
- Conque, ¿dónde está ese administrador fiel y sensato a quien el señor va a encargar de su servidumbre para que les reparta la ración a su debido tiempo?
43 ¡Dichoso ese siervo si el amo al llegar lo encuentra cumpliendo con su encargo!
44 Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes.
45 Pero si ese siervo se dice: "Mi señor tarda en llegar", y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse,
46 el día que menos se lo espera y a la hora que no ha previsto llegará el señor de ese siervo y cortará con él, asignándole la suerte de los infieles.
47 El siervo ese que, conociendo el deseo de su señor, no prepara las cosas o no las hace como su señor desea, recibirá muchos palos;
48 en cambio, el que no lo conoce, pero hace algo que merece palos, recibirá pocos. Al que mucho se le ha dado, mucho se le exigirá; al que mucho se le ha confiado, más se le pedirá.


EXPLICACIÓN.

Pedro distingue entre los discípulos/los Doce (nosotros, cf. 9,49) y el otro grupo los discṕulos (los Setenta), esperando posiblemente que su grupo resulte privilegiado (41).

La respuesta de Jesús es genética; la figura del administrador se aplica a todos y cada uno de los que lo siguen. Cada uno de los miembros de su comunidad, cualquiera que sea su procedencia, ha de estar al servicio de los otros y prestar ayuda para que en la comunidad no falte nada (42); el que haga esto, como lo hace Jesús (cf. v.37), llega al nivel de su Señor (cf. 6,40). Autoritarismo, egoísmo (cf, 22,25s) (45s).

Es de notar la dureza del lenguaje de Jesús con el grupo de discípulos procedentes del judaísmo. A la falta de libertad interna que aún padecen por no haber renunciado a la ideología autoritaria judía, corresponde un lenguaje propio de esclavos (siervos, vapuleo; cf. 12,4: "mis amigos", modo de hablar espontáneo de Jesús). Responsabilidad según los dones recibidos (47s).

martes, 23 de noviembre de 2010

CONFIANZA EN EL PADRE. VIGILANCIA. Lc 12,22-40.

22 Y a los discípulos les dijo:
- Por eso os digo: No andéis preocupados por la vida pensando qué vais a comer; ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir.
23 Porque la vida vale más que el alimento y el cuerpo más que el vestido.
24 Fijaos en los cuervos: ni siembran ni siegan, no tienen despensa ni granero y, sin embargo, Dios los alimenta, y ¡cuánto más valéis vosotros que los pájaros!
25 Y ¿quién de vosotros a fuerza de preocuparse podrá añadir una hora sola al tiempo de su vida?
26 Entonces, si no sois capaces ni siquiera de lo pequeño, ¿por qué os preocupáis por lo demás?
27 Fijaos cómo crecen los lirios: ni hilan ni tejen, y os digo que ni Salomón en todo su fasto estaba vestido como cualquiera de ellos.
28 Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿cuánto más no hará por vosotros, gente de poca fe?
29 No estéis con el alma en un hilo, buscando qué comer o qué beber.
30 Son los paganos del mundo entero quienes ponen su afán en esas cosas, pero ya sabe vuestro Padre que tenéis necesidad de ellas.
31 Por el contrarios, buscad que él reine, y eso se os dará por añadidura.
32 No temas, rebaño pequeño, que es decisión de vuestro Padre reinar de hecho entre vosotros.
33 Vended vuestros bienes y dadlo en limosna; haceos bolsas que no se estropeen, una riqueza inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni echa a perder la polilla.
34 Porque donde tengáis vuestra riqueza tendréis el corazón.
35 Tened el delantal puesto y encendidos los candiles;
36 pareceos a los que aguardan a que su Señor vuelva de la boda, para, cuando llegue, abrirle en cuanto llame.
37 ¡Dichosos esos siervos si el señor al llegar los encuentra despiertos! Os aseguro que él se pondrá el delantal, los hará recostarse y les irá sirviendo uno a uno.
38 Si llega entrada la noche o incluso de madrugada y los encuentra así, ¡dichosos ellos!
39 Esto ya lo comprendéis, que si el dueño de la casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no le dejaría abrir un boquete en su casa.
40 Estad también vosotros preparados, pues, cuando menos lo penséis, llegará el Hombre.


EXPLICACIÓN.

De nuevo a los discípulos. No hay que hacer principal lo secundario (22s). Dejar toda preocupación por el futuro inmediato (24). Inutilidad de la preocupación (25s); ésta despierta el deseo de acaparar para asegurarse la subsistencia y de ahí nace el deseo de riqueza (cf. 8,14). Confiando en el Padre, han de buscar que Dios reine (29-31): lo que en el Padre nuestro se expresaba como petición (11,2; "llegue tu reinado"), se hace aquí compromiso; buscar, cf. 11,9.

No temáis (32): previene contra el miedo a la inseguridad; confianza en el Padre. Renunciando a la seguridad de la riqueza se experimenta la que da el tener a Dios por rey (riqueza en el cielo) (33); ésta es la bolsa que asegura el sustento (cf. 10,4). Importancia de esta decisión: de ella depende que la vida esté o no centrada en lo esencial. Quien confía en la riqueza está lejos de Dios (34).

Estimula el sentido de responsabilidad de los suyos recordándoles los momentos de encuentro con él. El vocabulario y los usos culturales (37: siervos; 38: división de la noche en tres partes) muestra que la exhortación se dirige a los discípulos de procedencia judía (los Doce). Disposición ininterrumpida al servicio (35). La boda (36), el Reino definitivo: desde él Jesús viene a visitar a su comunidad. El encuentro se verifica en común en la eucaristía y, para cada uno en particular, en el momento de la persecución y de la muerte. En cada momento la comunidad tiene que estar preparada para recibir al Señor. No viene para juzgar, sino para servir a los suyos, que, a su vez, deberán servir a otros (22,26s) (37s). Si para evitar un robo se está en vela, mucho más para el encuentro con el Señor (39). Nadie sabe el momento (40). Mantenerse despiertos, preparados (37.40), estar en actitud de servicio (cf. vv. 42s).

El Señor (tiempo pospascual) que viene del banquete definitivo (la eucaristía), realizando la petición del Padrenuestro: "Nuestro pan del mañana dánoslo cada día" (11,3). Celebrar la eucaristía exige una vida dedicada a los demás; este compromiso se ratifica en el encuentro con el Señor. El encuentro final será con el Hombre (40) y coronará los encuentros que se han ido teniendo durante la vida.

PARÁBOLA DEL RICO NECIO. Lc 12,13-21.

13 Uno de la multitud le pidió:
- Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.
14 Le contestó Jesús:
- Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?
15 Entonces les dijo:
- Mirad, guardaos de toda codicia, que, aunque uno ande sobrado, la vida no depende de los bienes.
16 Y les propuso una parábola:
- Las tierras de un hombre rico dieron una gran cosecha.
17 Él se puso a echar cálculos:
- ¿Qué hago? No tengo donde almacenarla.
18 Entonces se dijo:
- Voy a hacer lo siguiente: Derribaré mis graneros, construiré otros más grandes y almacenaré allí todo mi grano y mis provisiones.
19 Luego podré decirme: "Amigo, tienes muchas provisiones en reserva para muchos años: descansa, come, bebe y date a la buena vida".
20 Pero Dios le dijo:
- Insensato, esta misma noche te van a reclamar la vida. Lo que tienes preparado, ¿para quién va a ser?
21 Eso le pasa al que amontona riquezas para sí y no es rico para con Dios.


EXPLICACIÓN.

Jesús se niega a ser árbitro en el litigio de herencia, expresión de codicia o apego al dinero (6,20). Aviso a la multitud (15) y parábola que lo ilustra (16-20). Falsa seguridad de la riqueza, incapaz de garantizar la continuidad de la vida. Atesorar para sí, lo contrario de la generosidad (11,33-36). Para Dios es rico quien se desprende de lo que tiene (21: cf. 12,33s).

ACTITUDES DEL DISCÍPULO. CONTRA LA HIPOCRESÍA Y EL MIEDO A LOS FARISEOS. Lc 12,1-13.

12 1 Entretanto, miles y miles de personas se habían aglomerado hasta pisarse unos a otros. Jesús empezó a hablar, dirigiéndose en primer lugar a los discípulos:
- Cuidado con la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
2 Pero nada hay encubierto que no llegue a descubrirse, ni nada escondido que no llegue a saberse;
3 porque lo que dijisteis al oído se pregonará desde las azoteas.
4 Os digo a vosotros, mis amigos: No temáis a los que matan el cuerpo y de3spués no pueden hacer más.
5 Os voy a indicar a quién tenéis que temer: Temed a aquel que, después de matar, tiene poder par arrojar al quemadero. Sí, os lo digo, a éste temedle.
6 ¿No se venden cinco gorriones por cuatro cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo de ellos está olvidado por Dios.
7 Es más, hasta los pelos de vuestra cabeza están todos contados. No tengáis miedo: valéis más que todos los gorriones juntos.
8 Y os digo que si uno, quienquiera que sea, se pronuncia por mí ante los hombres, también el Hombre se pronunciará por él ante los ángeles de Dios.
9 Pero si uno me niega ante los hombres, será negado él ante los ángeles de Dios.
10 A todo el que diga algo contra el Hombre, se le podrá perdonar; pero el que insulte al Espíritu Santo no tendrá perdón.
11 Y cuando os hagan comparecer en las sinagogas y ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo o de qué os vais a defender o de lo que vais a decir;
12 porque lo que tenéis que decir os lo enseñará el Espíritu Santo en aquel mismo momento.


EXPLICACIÓN.

F. Instrucción a los discípulos y a las multitudes. 12,1-13. Nuevo escenario. Enorme cantidad de gente: reacción popular en favor de Jesús que ha denunciado a fariseos y juristas; el pueblo se siente liberado de la opresión religiosa (1a). Largo bloque constituido por dos secuencias. En la primera (12,1b-53), Jesús se dirige principalmente a los discípulos; en la segunda (12,54-43,9), a las multitudes.

Primera secuencia: 1b-53. Se dirige a los discípulos para prevenirlos por primera vez contra el proceder fariseo (conexión con el episodio anterior), el de la apariencia honrada e interior corrompido (hipocresía) (11,39), que se infiltra y corrompe a los demás (levadura). Todo lo oculto quedará patente; para los discípulos, la coherencia de la conducta con el mensaje es indispensable (1b-3).

Dos desarrollos: negativo y positivo. Desarrollo negativo: Amigos, cf. 5,34 (los amigos del esposo); 7,34 (amigo de recaudadores y descreídos). Quiere liberar del miedo a los discípulos, que son los apóstoles y profetas que él va a enviar (11,49). La muerte física, única que pueden infligir los perseguidores (cf. 10,3; 11,49-51), no es el final; en cambio, ceder por miedo significa someterse al sistema enemigo del hombre, que, al corromperlo (2s), le quita la vida (9,24s) y lo lleva a la ruina definitiva (4,6 y 22,53: la autoridad del diablo/de las tinieblas) (5). Amor de Dios por los discípulos (6s).

Desarrollo positivo: Exhorta a pronunciarse por él públicamente, exponiendo las consecuencias definitivas de la actitud valiente o cobarde. Los ángeles de Dios, perífrasis para designar a Dios mismo (8s). La opinión de cada uno sobre la realidad humana de Jesús (el Hombre) puede ser desfavorable, pero puede cambiar; pero la mala fe, que atribuye al Enemigo la liberación que lleva a cabo Jesús, llamando "Belcebú" al Espíritu Santo, se cierra a todo perdón (10). Confianza en medio de la persecución. Ayuda del Espíritu (11s). No defenderse: no reconocer legitimidad al tribunal; decir: la denuncia profética.

jueves, 18 de noviembre de 2010

LOS QUE NO SE ENMIENDAN: FARISEOS Y JURISTAS. Lc 11,37-54.

37 Apenas terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su casa. Él entró y se recostó a la mesa.
38 El fariseo se extrañó al ver que no hacía abluciones antes de comer,
39 y el Señor le dijo:
- De modo que vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis repletos de robos y maldades.
40 ¡Insensatos! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro?
41 En vez de eso, dad lo que tenéis en limosnas y así lo tendréis limpio todo.
42 Pero, ¡ay de vosotros, fariseos! Pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda verdura, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. ¡Esto había que practicar!, y aquello ..., no descuidarlo.
43 ¡Ay de vosotros!, fariseos, que gustáis de los primeros asientos en las sinagogas y de las reverencias por la calle!
44 ¡Ay de vosotros!, porque sois como tumbas sin señal, que la gente pisa sin saberlo.
45 Intervino un jurista y le dijo:
- Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros.
46 Jesús le replicó:
- ¡Ay de vosotros también, juristas, que abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vosotros ni las rozáis con un dedo!
47 ¡Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a los profetas, después que vuestros padres los mataron!
48 Así dais testimonio de lo que hicieron vuestros padres y lo aprobáis; porque ellos los mataron y vosotros edificáis sus sepulcros.
49 Por eso dijo la sabiduría de Dios: "Les enviaré profetas y apóstoles; a unos los matarán, a otros los perseguirán",
50 para que a esta generación se le pida cuenta de la sangre de los profetas derramada desde que empezó el mundo;
51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que pereció entre el altar y el santuario. Sí, os lo digo: Se le pedirá cuenta a esta generación.
52 ¡Ay de vosotros, juristas, porque os habéis guardado la llave del saber! Vosotros no habéis entrado y a los que iban a entrar se lo habéis impedido.
53 Al salir de allí, los letrados y fariseos empezaron a acosarlo sin piedad y a tirarle de la lengua sobre muchas cuestiones,
54 Al salir de allí, los letrados y fariseos empezaron a acosarlo sin piedad y a tirarle de la lengua sobre muchas cuestiones,
54 estando al acecho para cogerlo en algo con sus propias palabras.


EXPLICACIÓN.

E. Los que se enmiendan. 37-54. La frase inicial conecta esta perícopa con la anterior. Segunda ocasión en que Jesús es invitado por un fariseo (7,36ss). Abluciones rituales para eliminar la supuesta contaminación contraída en el contacto con los hombres y el mundo. Jesús no cree que el contacto con la realidad humana o mundana separe al hombre de Dios (38). La denominación el Señor (39)coloca el episodio en el contexto de la comunidad pospascual. La pureza no es exterior, sino interna; es decir, no es lo de fuera, sino lo que hay dentro del hombre, lo que puede separarlo de Dios (cf. Mc 7,15.18-23).

Acusación a los fariseos (39). Dios no se contenta con apariencias (40). La limosna, que corrige la codicia, ayuda más al que la da que al que la recibe (41). Tres malaventuranzas (42-44) contra los fariseos (cf. 6,24-26); a) escrúpulo en lo insignificante y omisión de lo importante (42); no cumplen ninguno de los mandamientos (cf. 10,27); b) la ambición de honores (43); c) teniéndose por puros (= con sus principios y conducta cierran a los hombres el acceso a Dios) (44).

Los juristas se sienten ofendidos y Jesús los ataca de frente (45-52). Otras tres malaventuranzas: a) oprimen al pueblo en nombre de la Ley, mientras ellos no la practican (46); b) aparentan honrar a los profetas, asesinados por sus antepasados, mientras lo que hacen es sepultarlos definitivamente (47s): continúan y hacen culminar en el presente la actividad homicida que pretende silenciar el mensaje de Dios, llevado ahora por los emisarios de Jesús (alusión a la época de Lc) (49).

Esta generación, la del Mesías, la que no acepta ni a Juan ni a Jesús (cf. 7,31; 9,41; 11,29ss) (51); se le pedirá cuenta: alusión a la destrucción de Jerusalén (21,20); Abel, cf. Gn 4,10; Zacarías, último profeta nombrado en el AT, cf. 2 Cr 24,22; c) monopolizan y manipulan el saber, impidiendo entrar en el Reino, la sociedad nueva que Dios ofrece a la humanidad (52). Jesús les ha hablado de conducta, y en este terreno no pueden defenderse. Intentan cazarlo en la doctrina (53s).

LA LLEGADA DEL REINADO DE DIOS. LO ACUSAN DE MAGIA Y LE PIDEN UNA SEÑAL. Lc 11,14-36.

14 Estaba Jesús echando un demonio que dejaba mudo y, apenas salió el demonio, el mudo habló. Las multitudes quedaron admiradas,
15 pero algunos de ellos dijeron:
- Echa los demonios con poder de Belcebú, el jefe de los demonios.
16 Otros, para tentarlo, le exigían una señal que viniera del cielo.
17 Él, calando sus intenciones, les dijo:
- Todo reino dividido queda asolado y se derrumba casa tras casa.
18 Pues si también Satanás se ha dividido ¿cómo va a mantenerse en pie su reino? ..., ya que decís que yo echo los demonios con poder de Belcebú.
19 Ahora, si yo echo los demonios con poder de Belcebú, vuestros adeptos, ¿con poder de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces.
20 En cambio, si yo echo los demonios con la fuerza de Dios, señal de que el reinado de Dios ha llegado hasta vosotros.
21 Mientras el fuerte bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros.
22 Pero cuando otro más fuerte que él lo asalta y lo vence, le quita las armas en que confiaba y reparte el botín.
23 El que no está conmigo, está contra mí; y el que no reúne conmigo, dispersa.
24 Cuando al espíritu inmundo lo echan de un hombre, va recorriendo lugares áridos buscando un alojamiento; al no encontrarlo, dice: "Me vuelvo a mi casa, de donde me echaron".
25 Al llegar se la encuentra barrida y arreglada.
26 Entonces va a coger otros siete espíritus peores que él y se mete a vivir allí. Y al final de aquel hombre resulte peor que el principio.

LA VERDADERA DICHA.

27 Mientras él decía estas cosas, una mujer de entre la multitud alzó la voz y le dijo:
- ¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron!
28 Pero él repuso:
- Mejor: ¡dichosos los que escuchan el mensaje de Dios y lo cumplen!

ÚNICA SEÑAL: SU MENSAJE.

29 Las multitudes se apiñaban a su alrededor, y él se puso a decir:
- Esta generación es una generación perversa. Pide una señal, y señal no se le dará excepto la señal de Jonás.
30 Porque, igual que Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, así va a serlo también el Hombre para esta generación.
31 En el juicio, la reina del Sur se pondrá en pie para carearse con esta generación y hará que la condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y hay más que Salomón aquí.
32 En el juicio, los habitantes de Nínive se alzarán a carearse con esta generación y harán que la condenen, porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás, y hay más que Jonás aquí.

SOLIDARIDAD ENTRE LOS HOMBRES: LA GENEROSIDAD.

33 Nadie enciende una lámpara para meterla en el sótano; la pone en el candelero, para que todos los que entran vean la luz.
34 La lámpara de la persona es la esplendidez. Cuando eres generoso, toda tu persona está luminosa; en cambio, si eres tacaño, tu persona está oscura.
35 Por eso, cuidado con que la luz que tienes no sea oscuridad.
36 Si tu persona entera es luminosa, sin parte alguna oscura, seguirás luminoso todo entero, como cuando la lámpara te ilumina con su brillo.


EXPLICACIÓN.

D. La llegada del reinado de Dios. 14-36. Tríptico (14-26; 27s; 29-32). La frase inicial menciona una actividad de Jesús que viene de antes; aquí el proceso de liberación llega a su término. El demonio representa una ideología, que, en este caso, encierra al hombre en sí mismo, impidiéndole la comunicación: el exclusivismo de Israel (cf. 1,20.22: mudez de Zacarías).

Tres reacciones: general, de admiración (14, cf. 1,64s); otra, acusación de magia (15: Belcebú, nombre del demonio en la superstición popular; "Satanás", nombre teológico del Enemigo del hombre y de Dios, símbolo del poder y la ambición); tercera reacción: pedir una señal (16: cf. 11,29-32). La liberación del sordomudo, señal mesiánica (7,22; Is 35,5), pero no lo estiman suficiente.

Respuesta a la acusación de magia (agente de Belcebú) (17-23): absurdo que la liberación se efectúe por encargo del opresor (17s). No dirán que sus exorcistas están también en favor del demonio que intentan expulsar (19). La fuerza de Dios, lit. "el dedo de Dios", en Éx 8,15, causante de una plaga en Egipto, que endureció al faraón; la acción liberadora ya no se ejerce por medio de plagas, sino directamente con el hombre, aunque causa en algunos el mismo endurecimiento. Conclusión: el reinado de Dios está presente (20).

El fuerte (21), figura de Satanás; el palacio, en paralelo con el del sumo sacerdote (22,55): el poder religioso establecido está incluido en la figura de Satanás. Jesús es "el más fuerte" (cf. 3,16). La actividad de Jesús se propone desmantelar la institución judía (22). Hay que tomar partido: quien no se asocia a esa actividad se declara enemigo de Jesús. Con esta labor, Jesús va reuniendo el trigo en el granero (3,17); quien no colabora, pone obstáculos a esa cosecha (23).

Apólogo (24-26). El demonio es llamado ahora el espíritu inmundo, señalando su incompatibilidad con Dios. Peligro del hombre que, liberado de su ideología opresora, no acaba de optar por Jesús; caerá en un estado peor que el primero. Así, el pueblo que recibió el bautismo de Juan (3,21), separándose de la institución religiosa (cf. 7,29s), pero no da la plena adhesión a Jesús, acabará pidiendo su muerte, sometido de nuevo a los dirigentes y hecho cómplice suyo (23,13ss).

27s. Centro del tríptico: Reacción favorable. Dichoso (27), del pasado/origen de Jesús (madre). Jesús completa lo dicho, interpretando la predicción de su madre (1,48: "me llamarán dichosa todas las generaciones") (28): se refiere al presente y prescinde del parentesco de sangre: la verdadera dicha está en la fidelidad al mensaje; lo cumplen: nueva norma de conducta (cf. 1,48; 6,47; 8,21).

29-32. Responde a los que exigían una señal (11,16), y no han reconocido "el dedo/la fuerza" de Dios en la obra liberadora de Jesús (cf. 11,20). Esta generación, la del Mesías, infiel como la del éxodo (cf. 7,31; 9,41). Como en tiempo de Jonás, necesitan la enmienda para evitar la destrucción, y a ella los invita Jesús (5,32; Jon 3) (29-32). De nuevo los paganos dan ejemplo (cf. 10,13-15) (30). Más que Salomón (31), por ser el Mesías; su sabiduría es el mensaje que expresa el designio de Dios (7,30.35); más que Jonás (32), porque no sólo exhorta a la enmienda, sino que anuncia y realiza el reinado de Dios.

33-36. El párrafo final del discurso sirve de introducción a la denuncia de fariseos y letrados (cf. 11,37: "Apenas terminó de hablar"). Para la interpretación global de este texto, vse. Mt 6,22. La generosidad pertenece al mensaje (cf. 6,38). La esplendidez o generosidad es muestra de solidaridad y expresa y crea una relación humana diferente del individualismo que impera en la sociedad. Ser generoso o tacaño son actitudes que marcan a la persona entera; significan la apertura o la cerrazón al amor a los demás. La generosidad se opone a la codicia de que Jesús acusa a los fariseos en la perícopa siguiente (11,39.41) y resumirá la instrucción a los discípulos (12,33).

miércoles, 17 de noviembre de 2010

LA ORACIÓN. DOS MODOS DE ORAR: JUAN Y JESÚS. Lc 11,1-13.

11 1 Una vez estaba él orando en cierto lugar; al terminar, uno de sus discípulos le pidió:
- Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.
2 Él les dijo:
- Cuando oréis, decid:
" Padre,
proclámese ese nombre tuyo,
llegue tu reinado,
3 nuestro pan del mañana dánoslo cada día
4 y perdónanos nuestros pecados,
que también nosotros perdonamos a todo deudor nuestro,
y no nos dejes ceder a la tentación".


PETICIÓN INSISTENTE.

5 Y añadió:
- Suponed que uno de vosotros tiene un amigo, y que llega a mitad de la noche diciendo: "Amigo, préstame tres panes,
6 que un amigo mío ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle.
7 Y que, desde dentro, el otro responde: "Déjame en paz; la puerta está ya cerrada, los niños y yo estamos acostados: no puedo levantarme a dártelos".
8 Os digo que, si no se levanta a dárselos por ser amigo suyo, al menos por su impertinencia se levantará a darle lo que necesita.
9 Por mi parte, os digo yo: Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y os abrirán;
10 porque todo el que pide recibe, el que busca encuentra, y al que llama le abren.
11 ¿Quién de vosotros que sea padre, si su hijo le pide pescado, en vez de pescado le va a ofrecer una culebra?
12 o, si le pide un huevo, ¿le va a ofrecer un alacrán?
13 Pues si vosotros, aun si sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará Espíritu Santo a los que se lo piden!


EXPLICACIÓN.

c. La oración. 1-13. Nuevo escenario (en cierto lugar); nueva temática: la oración. Contexto diferente del de Mt 6,9-15. Dos maneras de orar (paralelo en 18,9-14). Los discípulos proponen a Jesús el modelo de Juan Bautista: no comprenden el cambio (cf. 5,33). Jesús les enseña a pedir por los dos intereses principales: por la difusión del reino de Dios (objeto de la misión de la comunidad) (2) y por la comunidad misma (3s) (vse. Mt 6,9-10, teniendo en cuenta la mayor brevedad del texto de Lc). Cada día (3), realidad cotidiana del reinado de Dios en la comunidad.

Necesidad de la petición insistente y confianza en su resultado (paralelo en 18,1-8) (5-13). Según la parábola (5-8), la petición se hace a Dios como a un amigo. La constancia consigue su objetivo, pues la petición repetida va capacitando al hombre para recibir el don (9s). Incomparable amor del Padre. Don por excelencia: el Espíritu Santo (13), comunicación de vida divina que potencia al hombre.

LOS DOS GRUPOS DE SEGUIDORES: MARTA Y MARÍA. Lc 10,38-42.

38 Mientras iban de camino entró también él en una aldea, y una mujer de nombre Marta lo recibió en su casa.
39 Esta tenía una hermana llamada María, que se sentó a los pies del Señor para escuchar sus palabras.
40 Marta, en cambio, se dispersaba en múltiples tareas. Se le plantó delante y le dijo:
- Señor, ¿no se te da nada de que mi hermana me deje sola con el servicio? Dile que me eche una mano.
41 Pero el Señor le contestó:
- Marta, Marta, andas preocupada e inquieta con tantas cosas:
42 sólo una es necesaria. Sí, María ha escogido la parte mejor, y ésa no se le quitará.


EXPLICACIÓN.

B. Los dos grupos de seguidores. 38-42. Cambia el escenario: "una aldea" (reducto cerrado); temática: la verdadera acogida del mensaje. Paralelo con la "aldea" samaritana de 9,52 (38: también él entró en una aldea). En la escena no aparecen los discípulos. La doble mención de el Señor (39.40) saca a esta perícopa del plano histórico para ponerla en el paradigmático, mirando a las comunidades del tiempo de Lc.

Dos hermanas, figuras de los dos grupos de discípulos: Marta, de los que proceden del judaísmo/los Doce (9,1); María, de los Setenta (10,1). Marta, la comunidad judeocreyente, recibe a Jesús, pero sin aprender de él (38); María, la comunidad samaritana o no judía, queda en segundo plano, pero es la que le da plena acogida. A los pies del Señor (39), alusión a la pecadora (7,38.44-46).

Marta quiere arrastrar a su hermana a su dispersa actividad sin mensaje, inútil (múltiples tareas = observancia legal); el deseo de Marta corresponde al expresado antes por Juan en nombre de los Doce: imponer su modo de seguimiento a los que no pertenecen a ese grupo (9,49s) (40). Preocupaciones que ahogan el mensaje (8,14) (41). Una sola cosa (42: cf. 12,31; 18,22): el reinado de Dios, nueva tierra prometida, es la mejor parte, en comparación con la antigua tierra (Sal 16,5s; 73,26; 119,57; 142,6), el reino de Israel al que aún aspiran los Doce.

Samaría, que por su idolatría había perdido su herencia en Israel encuentra ahora su parte de la herencia en Jesús. El Israel mesiánico, que no escucha el mensaje, quiere conservar como herencia la antigua tierra prometida. Una temática paralela se encuentra en 18,15-17.

martes, 16 de noviembre de 2010

LA LEY Y EL PRÓJIMO: EL BUEN SAMARITANO. Lc 10,25-37.

25 En esto se levantó un jurista y le preguntó para ponerlo a prueba:
- Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar vida definitiva?
26 Él le dijo:
- ¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo es eso que recitas?
27 Éste contestó:
- "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente. Y a tu prójimo como a ti mismo".
28 Él le dijo:
- Bien contestado. Haz eso y tendrás vida.
29 Pero el otro, queriendo justificarse, preguntó a Jesús:
- Y ¿quién es mi prójimo?
30 Tomando pie de la pregunta, dijo Jesús:
- Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y lo asaltaron unos bandidos; lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon dejándolo medio muerto.
31 Coincidió que bajaba un sacerdote por aquel camino; al verlo, dio un rodeo y pasó de largo.
32 Lo mismo hizo un clérigo que llegó a aquel sitio; al verlo, dio un rodeo y pasó de largo.
33 Pero un samaritano que iba de viaje llegó adonde estaba el hombre y, al verlo, se conmovió,
34 se acercó a él y le vendó las heridas echándoles aceite y vino; luego lo montó en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó.
35 Al día siguiente sacó dos denarios de plata y, dándoselos al posadero, le dijo: "Cuida de él, y lo que gastes de más te lo pagaré a la vuelta".
36 ¿Qué te parece? ¿Cuál de estos tres se hizo prójimo del que cayó en manos de los bandidos?
37 El jurista contestó:
- El que tuvo compasión de él.
Jesús le dijo.
- Pues anda, haz tú lo mismo.


EXPLICACIÓN.

Parte central del viaje (10,25-18,30). Lc dispone en forma de una gran estructura concéntrica (A-G: 10,25-13,30 // H (centro): 13,31-35 // G'- A': 13,36-18,30) una serie de materiales, propios o ajenos, donde Jesús instruye al grupo de discípulos y a las multitudes sobre el reinado de Dios y previene a los discípulos contra sus adversarios, los fariseos. El largo trayecto, sin señalar lugares determinados, es análogo al de Israel por el desierto (Dt 10,1-18,14).

A. La Ley y el prójimo. 25-37. Jurista, de los que han frustrado el designio de Dios (7,30), un "sabio y entendido" (10,21), hostil a Jesús (ponerlo a prueba). Jesús habla solamente del reinado de Dios en la tierra, lo que exige un compromiso inmediato y concreto; el jurista quiere "espiritualizar" la problemática tratando de la vida futura. Su pregunta es la misma que hará a Jesús el hombre rico (18,18) (25). Contrapregunta de Jesús: cuál es la fórmula de la oración cotidiana (26) que todos saben de memoria (27). Amar (ser fiel) a Dios y al prójimo obtiene la vida para siempre (28; cf. Mt 22,34-40; Mc 12,28-34).

Ante la facilidad de la solución, no quiere quedar mal; dificultad: quién es el prójimo (29). Relato de Jesús: la religión judía (sacerdote, el clérigo/levita) disocia el culto a Dios del amor al prójimo; el heterodoxo es sensible a la necesidad del desconocido y le presta ayuda sin escatimar (30-35).

Pregunta final de Jesús: no "quién era", sino quién se hizo prójimo (36); la relación no existe como cosa estática; hay que crearla por iniciativa propia, con cualquier hombre, sin distinción de raza o credo. El jurista responde con una perífrasis, evitando pronunciar el nombre maldito "samaritano" (37). Haz tú lo mismo, respuesta de Jesús a la pregunta inicial del jurista ("Qué tengo que hacer"). cf. vv. 28.36.

EL GOZO DE JESÚS. Lc 10,21-24.

21 En aquel preciso momento, exultante con el gozo del Espíritu Santo, exclamó:
- ¡Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque si has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos, se las has revelado a la gente sencilla! Sí, Padre, bendito seas por haberte parecido eso bien.
22 Mi Padre me lo ha entregado todo: quién es el Hijo, lo sabe sólo el Padre; quién es el Padre, lo sabe sólo el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
23 Y, volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:
- ¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis!
24 Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis y no lo vieron, y oír lo que oís vosotros y no oyeron.


EXPLICACIÓN.

Alegría de Jesús. Ocasión precisa: es la primera vez que los suyos realizan algo que responde a la acción del Espíritu: la liberación de los hombres. Los intelectuales (cf. 10,13-16: las ciudades, ciudadelas del judaísmo) no entienden las obras del Mesías, pero sí el pueblo sencillo. Se atribuye al Padre lo que depende de la disposición del hombre.

Los sabios y entendidos (Is 29,14): sus mezquinos intereses inutilizan su ciencia (cf. los letrados: 5,17.21.30; 7,30 o "justos": 5,32 que no aceptan la salvación).

Me lo ha entregado todo (22) (cf. 3,22: "Tú eres mi Hijo"). Relación íntima entre el Padre y Jesús, por la comunidad de Espíritu (3,21): sólo conoce al Padre quien recibe el Espíritu de Jesús y experimenta así el amor del Padre. El conocimiento de Dios a través del estudio de la Ley (sabios y entendidos) no es verdadero conocimiento.

Aparte con los discípulos procedentes del judaísmo (los Doce), en el que Jesús les pone por modelo la labor de los Setenta (23): el éxito del reino en Samaría, la región semipagana, es prenda de universalidad. Se cumple la promesa mesiánica: el reino hasta el confín de la tierra (Sal 2,8; 72,10s; Dn 4,44; 7,27). Respuesta a la segunda tentación (4,6s): la universalidad del reino mesiánico no se hará por el dominio ni por la ostentación de poder y gloria, sino liberando a los hombres del yugo que los somete.

REGRESO DE LOS SETENTA. Lc 10,17-20.

17 Los setenta regresaron muy contentos y le dijeron:
- Señor, hasta los demonios se nos someten por tu nombre.
18 Él les contestó:
- ¡Ya veía yo que Satanás caería del cielo como un rayo!
19 Yo os he dado la potestad de pisar serpientes y escorpiones y todas las fuerzas del enemigo; y nada podrá haceros daño.
20 Sin embargo, no sea vuestra alegría que se os someten los espíritus; sea vuestra alegría que vuestros nombres están escritos en el cielo.

EXPLICACIÓN.

Regreso. Alegría de los enviados por el éxito de la misión (cf. 9,10; no mencionada en el caso de los Doce). Expulsión de demonios (=ideologías fanáticas contrarias al mensaje); contraste con el fracaso de los Doce (9,37ss) (17).

La frase de Jesús contrasta con la anterior de Santiago y Juan (9,54): en vez de caer fuego del cielo (rayo) que destruya a los hombres, cae como un rayo Satanás, el enemigo del hombre y de Dios, personificación del poder que somete al hombre (4,5-7); el poder pierde su prestigio divino (caer del cielo) y cesa su dominio (18); paralelo con 10,15 (Cafarnaún).

Serpientes, etc. (19): las fuerzas del mal (cf. Sal 91,13; Dt 8,15) no podrán dañar a los que Jesús envía; no se trata de un daño físico; quiere decir que los enviados no cederán ante sus ataques. Motivo de la alegría: no tanto el éxito ocasional como el ser ciudadanos del Reino (20).

DESIGNACIÓN Y MISIÓN DE OTROS SETENTA. Lc 10,1-16.

10 1 Después de esto el Señor designó a otros setenta y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
2 Y les dijo:
- La mies es abundante y los braceros pocos; por eso, rogad al Señor de la mies que mande braceros a su mies.
3 ¡En marcha! Mirad que os envío como corderos entre lobos.
4 No llevéis bolsa ni alforja ni sandalias y no os paréis a saludar por el camino.
5 Cuando entréis en una casa lo primero saludad: "Paz a esta casa";
6 si hay allí gente de paz, la paz que les deseáis se posará sobre ellos; si no, volverá a vosotros.
7 Quedaos en esa casa, comed y bebed de lo que tengan, que el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa.
8 Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed de lo que os pongan,
9 curad a los enfermos que haya y decidles: "Está cerca de vosotros el reinado de Dios".
10 Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a las calles y decideles:
11 "Hasta el polvo de este pueblo que se no ha pegado a los pies nos lo limpiamos, ¡para vosotros! De todos modos, sabed que está cerca el reinao de Dios".
12 Os digo qu el día aquel le será más llevadero a Sodoma que a ese pueblo.
13 ¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho las potentes obras que en vosotras, hace tiempo que se habrían arrepentido vefstidas de saco y sentadas en ceniza.
14 Por eso, el juicio le será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.
15 Y tú, Cafarnaún, ¿piensas encumbrarte hasta el cielo? Bajarás al abismo.
16 Quien os escucha a vosotros, me escucha a mí; quien os rechaza a vosotros, me rechaza a mí; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.


EXPLICACIÓN.

Designación y misión. Ante el fracaso de los Doce (9,40.51-56), Jesús se decide a crear otro grupo de mensajeros para que le preparen el camino (1: designó a otros setenta, mejor que 72), según el número de naciones paganas (cf. Hch 6,1ss; los Siete), seguidores de origen no judío, Samaría, la puerta hacia el paganismo (en Mt y Mc, Galilea).

Instrucciones más extensas que a los Doce (cf. 9,3-5). La humanidad está madura para el mensaje; la petición a Dios los identificará con el objetivo de la misión y les obtendrá el impulso necesario para ella (2). Inermes ante la sociedad hostil (3: ovejas, lobos). No preocuparse por el sustento (12,22ss); sandalias, propias de gente acomodada; los saludos eran prolijos: urgencia de la misión (4). Portadores de paz (5-7). Pueblo/ciudad, figura de ambientes de mentalidad abierta, a diferencia de "aldea" (cf. 9,6). No ser exigentes ni hacer distinciones entre los alimentos: integración en la cultura (8). Curar y proclamar (cf. 9,2) (9).

En caso de no aceptación, dejar constancia de la oportunidad que se rechaza; sacudirme el polvo, cf. 9,1 (19s). Precedencia de la casa (5-7) sobre el pueblo/ciudad (8-12): contacto personal. Excluirse voluntariamente del Reino equivale a condenarse a la ruina; Sodoma, la ciudad maldita por excelencia (12).

Tres ciudades galileas (representan a toda la región) que han rechazado a Jesús. Peor que los paganos, que habrían respondido a su actividad (13s). Ruina de Cafarnaún comparada a la del rey de Babilonia (Is 14,13.15) (15). La identidad de mensaje hace que los enviados representen a Jesús (cf. 9,48; no se ha afirmado de los Doce). Galilea ha rechazado a Jesús, Samaría (primicia del mundo pagano) va a escuchar (16).

NUEVOS DISCÍPULOS. Lc 9,57-62.

57 Mientras iban por el camino, le dijo uno:
- Te seguiré adondequiera que vayas.
58 Jesús le respondió:
- Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hombre no tiene donde reclinar la cabeza.
59 A otro le dijo:
- Sígueme.
Él respondió:
- Señor, permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre.
60 Jesús le replicó:
- Deja que los muertos entierren a sus propios muertos; tú vete a anunciar por ahí el reinado de Dios.
61 Otro le dijo:
- Te seguiré, Señor, pero permíteme despedirme primero de mi familia.
62 Jesús le contestó:
- El que echa mano al arado y sigue mirando atrás, no vale para el reino de Dios.


EXPLICACIÓN.
Los setenta. 57-62. Llamada. Cuando los mensajeros, discípulos procedentes del judaísmo, han fracasado en su misión precursora, se abre un nuevo horizonte de discipulado. Nuevos discípulos, en número de tres, como los primeros mencionados (5,8-11); estos anónimos tipifican el nuevo grupo, de procedencia samaritana.

El primero se ofrece espontáneamente y sin condiciones, mira al futuro (37); el Hombre, labor infatigable, desarraigo de todo (58). El segundo es invitado (59); el padre, figura de la tradición (vínculo con el pasado), muerta como lo sque se atienen a ella (cf. Mt 8,21) (69). El tercero se ofrece, pero se siente ligado a su ambiente (61: mi casa/familia, figura de Samaría): la opción por el Reino universal rompe con todo particularismo (62).

jueves, 11 de noviembre de 2010

V. EL CAMINO HACIA JERUSALÉN. EN SAMARÍA: JESÚS DECIDE ENFRENTARSE CON JERUSALÉN. Lc 9,51-55-

51 Cuando iba llegando el tiempo de que se lo llevaran a lo alto, también él resolvió ponerse en camino para encararse con Jerusalén.
52 Envió mensajeros por delante; éstos entraron en una aldea de Samaría para preparar su llegada,
53 pero se negaron a recibirlo, porque había resuelto ir a Jerusalén.
54 Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le propusieron:
- Señor, si quieres, decimos que caiga un rayo y los aniquile.
55 Él se volvió y los increpó.
56 Y se marcharon a otra aldea.


EXPLICACIÓN.

Quinta sección del Evangelio (9,51-19,46), que abarca el viaje de Jesús a Jerusalén. Se divide en tres subsecciones: 1) Preámbulo (9,51-10,24); 2) Parte central del viaje (10,25-18,30); 3) Subida a Jerusalén (18,31-19,46). El punto central se sitúa en la denuncia de Jerusalén (13,31-35).

Preámbulo (9,51-10,24). En los prolegómenos de la sección del viaje, típica de Lc, se describen una serie de acontecimientos que culminarán en la designación de un grupo alternativo al de los Doce, los Setenta, de origen samaritano.

Decisión irrevocable. 51-56. Comienza el viaje que terminará en Jerusalén (19,29-48), desde donde Jesús efectuará su éxodo (9,31), designado aquí como ser llevado a lo alto (Hch 1,2.11.22). El propósito del viaje es enfrentarse con Jerusalén/institución judía (también él, cf. Ez 6,2; 13,17; 21,2.7). Los mensajeros, que deben preparar el camino de Jesús entre los samaritanos (cf. 7,27: Juan Bautista, que lo prepara entre los judíos) les anuncian que Jesús va a Jerusalén (como un Mesías nacionalista inaceptable para los samaritanos), pero no que va a enfrentarse con ella; de ahí el rechazo (52s). Santiago y Juan, espíritu de violencia (cf. 6,27s); quieren repetir el castigo de Elías (2 Re 1,10.12); conciben a Jesús como a un nuevo Elías (reformista violento) (54). Increpar, el verbo usado para los endemoniados (4,35.41 y 9,42: "conminar") (55).

EXCLUSIVISMO DE LOS DISCÍPULOS. Lc 9,49-50.

49 Intervino Juan y dijo:
- Jefe, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y hemos intentado impedírselo, porque no te sigue junto con nosotros.
50 Jesús le repuso:
- Nada de impedir, pues el que no está contra vostoros está a favor vuestro.


EXPLICACIÓN.

49s. Juan, uno de los Doce, representa al grupo/Israel mesiánico (49: Jefe, cf. 8,24; 9,33; hemos visto, etc.). No tolera la actividad de quienes no aceptan las categorías del judaísmo, de hecho contrarias al mensaje de Jesús (9,20.33.45.46). Contrasta la eficacia de la misión de este discípulo (en tu nombre) anónimo con el fracaso de los que proceden del judaísmo (9,40). Jesús intenta abrir su mentalidad: hay una empresa común, liberar a los hombres del fanatismo de las ideologías destructoras (demonios): todo el que colabora con ello, es un aliado (50). Este episodio y el anterior reflejan tensiones existentes en tiempo de Lucas entre varias tendencias dentro de la comunidad primitiva.

AMBICIÓN. EL EJEMPLO DEL CHIQUILLO. Lc 9,46-48.

46 Pero les entró la idea de cuál de ellos sería el más grande.
47 Jesús, adivinando sus intenciones, cogió a un criadito, lo puso a su lado
48 y les dijo:
- El que acoge a este chiquillo como si fuera a mí mismo, me acoge a mí, y el que me acoge a mí, acoge al que me ha enviado; es decir, el que es de hecho más pequeño entre vosotros, éste es grande.


EXPLICACIÓN.

46-48. Ambición en el grupo, que subraya la incomprensión anterior (46). Para el criadito (47), vse. Mc 9,35-37. En la misión, sólo los que se presentan con el espíritu de servicio humilde propio de un "chiquillo/ criadito" (figura de los discípulos que realmente siguen a Jesús y manifiestan esa actitud, que es la suya: como si fuera a mí mismo) llevan consigo la presencia de Jesús y la del Padre. Verdadera grandeza: ausencia de ambición y dedicación al servicio (cf. 9,23: "que se niegue a sí mismo") (48).

SEGUNDO ANUNCIO DE LA MUERTE-RESURRECCIÓN. Lc 9,43b-45.

43b Entre la admiración general por todo lo que hacía, dijo Jesús a sus discípulos:
44 - Vosotros meteos bien esto en la cabeza: el Hombre va a ser entregado en manos de ciertos hombres.
45 Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro que no cogían el sentido, y tenían miedo de preguntarle sobre el asunto.


EXPLICACIÓN.

43b-45. Admiración general por la actividad de Jesús con el pueblo. Para evitar el deseo de triunfo de los discípulos, Jesús les recuerda el destino que espera al que, llevado del Espíritu de Dios (el Hombre), se dedica a liberar a los oprimidos (43b-44). Incomprensión, absoluta cerrazón y miedo a pedir explicaciones (45).

EL PUEBLO DESESPERADO: EL NIÑO EPILÉPTICO. Lc 9,37-43a.

37 Al día siguiente, al bajar ellos del monte, salió al encuentro de Jesús una gran multitud
38 y, de pronto, entre la multitud un hombre exclamó:
- ¡Maestro, por favor, fíjate en mi hijo, que es el único que tengo!
39 Sin más lo agarra un espíritu, y de repente da un grito, lo retuerce entre espumarajos y a duras penas se va, dejándolo molido.
40 He rogado a tus discípulos que lo echen, pero no han sido capaces.
41 Jesús replicó:
- ¡Generación sin fe y pervertida! ¿Hasta cuándo tendré que estar con vosotros y soportaros? Trae aquí a tu hijo.
42 Mientras se acercaba lo derribó el demonio y empezó a retorcerlo. Jesús conminó al espíritu inmundo, curó al muchacho y se lo devolvió a su padre.
43a Todos quedaron impresionados de la grandeza de Dios.


EXPLICACIÓN.

Ineficacia, incomprensión y exclusivismo de los discípulos. 37-43a. Hijo único (38), como el de la viuda (7,12) y la hija de Jairo (8,42): tercera figura del pueblo. El primero, Israel que muere por estar privado de su Dios (falta de profetas); la segunda, el pueblo en peligro de muerte por la sumisión a los dirigentes religiosos; el epiléptico, el pueblo desesperado y dado a una inútil violencia por no ver salida a su situación (39). Los discípulos, que no aceptan el mesianismo de Jesús, incapaces de prestarle ayuda ni de ofrecer alternativa (cf. 9,1). El apóstrofe de Jesús (41, cf. 7,31); Dt 32,5.20: de la generación del éxodo) se dirige tanto a la multitud como a los discípulos. Espíritu inmundo (42), incompatible con Dios. La denominación el muchacho se corresponde con la usada para la hija de Jairo (8,54). Jesús libera al pueblo de ese espíritu que lo destroza inútilmente.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

EL ÉXODO DEL MESÍAS: LA TRANSFIGURACIÓN. Lc 9,28-36.

28 Ocho días después de este discurso se llevó a Pedro, a Juan y a Santiago y subió al monte a orar.
29 Mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos refulgían de blancos.
30 En esto, se presentaron dos hombres que conversaban con él: eran Moisés y Elías,
31 que se habían aparecido resplandecientes y hablaban de su éxodo, que iba a completar en Jerusalén.
32 Pedro y sus compañeros estaban amodorrados por el sueño, pero se espabilaron y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.
33 Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús:
- Jefe, viene muy bien que estemos aquí nosotros; podríamos hacer tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
No sabía lo que decía.
34 Mientras hablaba, se formó una nube y los fue cubriendo con su sombra. Al entrar en la nube se asustaron.
35 Y hubo una voz de la nube que decía:
- Éste es mi Hijo, el Elegido. Escuchadlo a él.
36 Al producirse la voz, Jesús estaba solo. Ellos guardaron el secreto y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.


EXPLICACIÓN.

El éxodo del Mesías. 28-36. Ocho días ("seis" en Mt 17,1 y Mc 9,2, aludiendo a la creación del hombre) en relación con el mundo definitivo, la tierra prometida inaugurada con la muerte-resurrección de Jesús ("siete", número de la creación visible: "ocho", más allá de esta creación). Menciona a Juan antes que a Santiago (cf. 8,51; no en 5,10; Mt 17,1; Mc 9,2): en Lc, Pedro y Juan serán protagonistas en la primera comunidad.

Oración de Jesús: los tres discípulos más señalados deben comprender la índole de su mesianismo (9,21) (28s). El monte, cf. 6,12. Dos hombres (30), Moisés y Elías, que aparecerán de nuevo (24,4; Hch 1,10); representan la Ley y los profetas (el AT); que conversaban con él, como Moisés con Dios en la tienda, para recibir instrucciones (Éx 34,35); la validez o caducidad de los escritos del AT se juzga a partir de Jesús; éxodo (31): liberación definitiva, la muerte-resurrección, a partir de Jerusalén (centro que ejerce la opresión); así se cumplirá lo anunciado en el AT.

Sueño de los discípulos (32), como antes de la Pasión (22,45); aferrados al nacionalismo judío, se desentienden del contenido de la visión, no quieren saber de la muerte de Jesús. Pedro quiere asegurar la permanencia de Moisés y Elías; intenta integrar el mesianismo de Jesús en las categorías del AT (tres chozas, alusión a la fiesta de las Chozas, de carácter fuertemente mesiánico) (33).

La nube (34), símbolo de la presencia divina; reacción, el miedo, como en el AT (cf. 1,13.30; 2,10; 5,10). La voz del cielo corrige a Pedro: sólo han de escuchar a Jesús; el AT no puede dirigirse directamente a los discípulos, sino sólo a través de Jesús (35). Los discípulos no quieren que otros sepan eso (36).

EL MESÍAS: DECLARACIÓN DE PEDRO Y PRIMER ANUNCIO DE LA MUERTE-RESURRECCIÓN. Lc 9,18-27.

18 Una vez que estaba orando él solo, se encontraban con él los discípulos y les hizo esta pregunta:
- ¿Quién dice la gente que soy yo?
19 Contestaron ellos:
- Juan Bautista; otros, en cambio, Elías, y otros, un profeta de los antiguos que ha vuelto a la vida.
20 Entonces él les preguntó:
- Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Pedro tomó la palabra y dijo:
- El Mesías de Dios.
21 Pero él les conminó que no lo dijeran absolutamente a nadie.
22 Y añadió:
- El Hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser rechazado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados, sufrir la muerte y, al tercer día, resucitar.
23 Y, dirigiéndose a todos, dijo:
- El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue cada día con su cruz y entonces me siga;
24 porque si uno quiere poner a salvo su vida, la perderá; en cambio, el que pierda su vida por causa mía, ése la pondrá a salvo.
25 Y ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero si acaba perdiéndose o malográndose él mismo?
26 Porque si uno se avergüenza de mí o de mis palabras, también el Homre se avergonzará de él cuando llegue con su gloria, con la del Padre y la de los ángeles santos.
27 Y os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto el reinado de Dios.


EXPLICACIÓN.

Falso y verdadero concepto del Mesías. 18-27. Oración de Jesús antes de la pregunta decisiva. Opinión de la gente (cf. 9,7s). Opinión del grupo, expuesta por Pedro: el Mesías de Dios (= el Ungido o Consagrado por Dios, cf. 4,41; 23,35). La declaración identifica a Jesús con el Mesías nacionalista y violento de la expectación popular (4,34: "el Consgrado por Dios"). Prohibición de divulgarlo (21); conminó, como al endemoniado.

Jesús integra el concepto de Mesías en el más universal de el Hombre, que, además, incluye a los que reciban el Espíritu y lo sigan (cf. 5,24; 6,5). Su destino no es el triunfo terreno; oposición de los dirigentes (cf. 6,22s); la muerte no es la última palabra (resucitar) (2).

Todos (23), también los discípulos no representados por los Doce (cf. Mc 8,34). Negarse a sí mismo, renunciar a toda ambición de dinero, prestigio o poder; cargar con la cruz, aceptar la hostilidad de la sociedad injusta (6,22); cada día, constancia (8,15). La vida física no es el valor supremo; falsa y verdadera salvación (24). La ambición destruye al hombre (25). No ceder a la presión social (26). El reinado de Dios (27): la caída de Jerusalén quitará el obstáculo a la entrada de los paganos; el reinado de Dios no empezará hasta que la humanidad entera no tenga acceso a él.

EL PAN DEL ÉXODO. Lc 9,10-17.

10 Al volver los enviados le contaron a Jesús todo lo que habían hecho. Entonces se los llevó y se retiró con ellos aparte en dirección a una ciudad llamada Betsaida.
11 Pero las multitudes se dieron cuenta y lo siguieron. Él las acogió, estuvo hablándoles del reinado de Dios y fue curando a los que lo necesitaban.
12 Caía la tarde y los Doce se le acercaron a decirle:
- Despide a la multitud, que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque esto es un descampado.
13 Él les contestó:
- Dadles vosotros de comer.
Repliaron ellos:
- ¡Si no tenemos más que cinco panes y dos peces! A menos que vayamos nosotros a comprar de comer para todo este pueblo.
14 Eran unos cinco mil hombres adultos.
Jesús dijo a sus discípulos:
- Decidles que se echen en grupos de cincuenta.
15 Así lo hicieron, diciendo a todos que se echaran.
16 Y tomando él los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, los bendijo, los partió y se los dio a sus discípulos para que los sirvieran a la multitud.
17 Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras de los trozos: doce cestos.


EXPLICACIÓN.

F'. Los Doce y la multitud de Israel. 10-17. Vuelta de la misión. Jesús quiere llevarse aparte a los discípulos, para preguntarles qué piensan de él, en vista de las opiniones que han suscitado entre la gente (9,7s). Pero las multitudes que han dado una adhesión inicial a Jesús, viendo en él una esperanza de liberación (11: lo siguieron), impiden su propósito; Jesús los acoge. Les expone el modelo de sociedad alternativa (el reinado de Dios) que les permitiría salir de su situación, y cura a los enfermos.

Iniciativa de los Doce; no se solidarizan con la multitud; cada uno ha de ocuparse de sus sustento (12). No entienden la propuesta de Jesús ni la alternativa del Reino, ven la solución solamente en el dinero, según las categorías de la sociedad injusta; cinco panes y dos peces (13) = siete, totalidad del alimento de que dispone la comunidad; todo ese pueblo: los seguidores israelitas. Cinco mil (14), en relación con "cinco panes" y "grupos de cincuenta", como los grupos proféticos, formados por cincuenta hombres adultos (1 Re 18,4.13; 2 Re 2,7): se insinúa la comunicación del Espíritu a través del pan compartido. Vida y fecundidad divina (15: cielo, bendijo). Se saciaron, cf. la promesa de 6,21 a los que pasan hambre. Doce cestos = Israel; compartiendo se saciaría el hambre del pueblo entero.

DESCONCIERTO DE HERODES. Lc 9,7-9.

7 El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que estaba pasando y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado de la muerte;
8 otros, en cambio, que había aparecido Elías, y otros que un profeta de los antiguos había vuelto a la vida.
9 Pero Herodes se dijo:
- A Juan le corté yo la ca
beza. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?
Y tenía ganas de verlo.

EXPLICACIÓN.

La gente integra a Jesús en sus categorías y lo identifica con personajes del pasado. No se dan cuenta de la novedad de la actuación y mensaje de Jesús. Duda de Herodes, cuya oposición a Juan ha terminado con la ejecución de éste (cf. 3,19s); replantea la pregunta sobre la identidad de Jesús (cf. 7,19.20.49; 8,25) y desea verlo (cf. 23,8).

ENVÍO DE LOS DOCE. Lc 9,1-6.

9 1 Convocó a los Doce y les dio fuerza y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades.
2 Luego los envió a proclamar el reinado de Dios y a curar a los enfermos,
3 diciéndoles:
- No cojáis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero, ni llevéis cada uno dos túnicas.
4 Quedaos en la casa en que os alojéis hasta que os vayáis de aquel lugar.
5 Y en caso de que no os reciban, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, como prueba contra ellos.
6 Ellos se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la buena noticia y curando en todas partes.


EXPLICACIÓN.

E'. Misión del Israel mesiánico. 1-6. Fuerza, con la que ha curado Jesús (5,17; 6,19; 8,46), la del Espíritu (4,14); autoridad, también del Espíritu (4,32.36). Doble aspecto de la misión (2): proclamar y curar. La expulsión de demonios, unida a la proclamación (cf. 4,36). Instrucciones: no llevar nada: el bastón (3), como arma defensiva, impropio del discípulo (6,29); no preocuparse por el sustento (12,22ss); dos túnicas, propio de gente acomodada (6,20). No ser exigentes (quedarse en la misma casa) (4). Se sacudía el polvo de las sandalias al volver a Israel desde una tierra pagana; aquí, cualquier lugar que no acepte a los discípulos rechaza al verdadero Dios (5).

Lc no señala que ejercieran la "autoridad sobre los demonios" que Jesús les había conferido (cf. 9,1) y puntualiza que "fueron de aldea en aldea" (6, reductos nacionalistas), en lugar de ir por los "pueblos/ciudades" (cf. v.5 y 10,8ss).

martes, 9 de noviembre de 2010

JESÚS E ISRAEL: LA HIJA DE JAIRO Y LA MUJER CON FLUJOS. Lc 8,40-56.

40 Al regresar Jesús la multitud le dio la bienvenida, pues todos estaban aguardándolo.
41 En esto llegó un hombre llamado Jairo, que era jefe de la sinagoga, y se echó a los pies de Jesús suplicándole que fuera a su casa,
42 porque tenía una hija única, de doce años, y se estaba muriendo.
Mientras iba de camino, las multitudes lo asfixiaban.
43 Una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años y que había malgastado toda su fortuna en médicos sin que ninguno pudiera curarla,
44 se acercó y le tocó por detrás el borde del manto; en el acto se le cortaron los flujos.
45 Jesús preguntó:
- ¿Quién me ha tocado?
Mientras todos decían que ellos no, le repuso Pedro:
- ¡Jefe, si las multitudes te aprietan y te estrujan!
46 Pero Jesús dijo:
- Alguien me ha tocado, porque he sentido que una fuerza salía de mí.
47 Viendo la mujer que no había pasado inadvertida, se acercó temblorosa, se postró ante él y explicó delante de todo el pueblo por qué motivo lo había tocado y cómo se había curado en el acto.
48 Él le dijo:
- Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz.
49 Aún estaba hablando, cuando llegó uno de casa del jefe de sinagoga a decirle:
- Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro.
50 Pero Jesús lo oyó y le repuso:
- No temas; basta que tengas fe y se salvará.
51 Al llegar a la casa, no dejó entrar con él más que a Pedro, a Juan y a Santiago, el padre y la madre de la niña.
52 Todos lloraban y hacían duelo por ella. Pero él dijo:
- No lloréis, que no ha muerto; está durmiendo.
53 Todos se reían de él, sabiendo que había muerto.
54 Pero él la cogió de la mano y la llamó diciendo:
- Niña, levántate.
55 Le volvió el aliento y se puso en pie al instante: él mandó que le dieran de comer.
56 Sus padres se quedaron atónitos, pero Jesús les ordenó que no dijeran a nadie lo sucedido.


EXPLICACIÓN.

D'. Jesús e Israel. 40-56. La hija única de Jairo, figura femenina correspondiente al hijo único de la viuda (7,11-17); uno y otra representan al pueblo de Israel (42: doce años), ahora como sometido a la institución (41.49: jefe de la sinagoga).

La mujer con flujos representa a la parte de Israel (43: doce años) marginada (impura) por la institución religiosa; no ha encontrado solución mientras se ha atenido a las categorías impuestas por la religión; finalmente, desentendiéndose de la Ley, que le prohibía tocar a otra persona, toca a Jesús y encuentra la salud/salvación; en otros términos, estos marginados, que, dentro del sistema judío, no encontraban salida a su situación, la encuentran en la alternativa que ofrece Jesús (44). Fuerza (46), la del Espíritu. Frase de Jesús (48), como antes a la pecadora (7,50). Hija, modo de designar a Israel (Zac 9,9 y Miq 4,8: "hija de SIón"; cf. Lc 8,42).

El pueblo sometido a la institución va a la muerte y su representante es incapaz de impedirlo. Es decir, ese pueblo no tolera la rigidez de la doctrina y la opresión que la institución ejerce sobre él (6,6-11); pero abandonarla significa quedarse sin el único acceso a Dios que conoce y quedar marginado de la sociedad, sin horizonte ni objetivo (muerte).

La resurrección significa que ese pueblo acepta la alternativa que ofrece Jesús y en ella encuentra vida. La inmadurez (joven/niña) de un pueblo siempre sometido hace que tenga que crecer y fortalecerse (55: que le dieran de comer). Aún no está en condiciones de hacer pública su adhesión a Jesús y resistir a la presión por parte de la institución judía (56: que no dijeran a nadie lo sucedido). La prohibición que impone Jesús muestra el carácter simbólico del episodio.

JESÚS Y EL PAGANISMO: EL GERASENO ENDEMONIADO. Lc 8,27-39.

27 Al saltar él a tierra fue a su encuentro un hombre de la ciudad que estaba endemoniado; hacía tiempo que no usaba vestido y no vivía en una casa, sino en los sepulcros.
28 Al ver a Jesús, dio un grito, se postró ante él y le dijo a voces:
- ¿Qué tienes tú contra mí, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Te lo ruego, no me sometas al suplicio!
29 Es que Jesús le estaba mandando al espíritu inmundo que saliera de aquel hombre; de hecho, hacía mucho tiempo que lo tenía en su poder y, aunque lo custodiaban teniéndolo atado con cadenas y grillos, él rompía las ataduras y el demonio lo empujaba a lugares desiertos.
30 Jesús le preguntó:
- ¿Cómo te llamas?
Respondió él:
- Legión.
Porque eran muchos los demonios que habían entrado en él,
31 y le suplicaban que no los mandara al abismo.
32 Había allí cerca una numerosa piara de cerdos hozando en el monte, y los demonios le suplicaron que les permitiera entrar en ellos. Él se lo permitió.
33 Salieron los demonios del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara se abalanzó al lago, acantilado abajo, y se ahogó.
34 Al ver lo ocurrido, los porquerizos salieron huyendo y lo contaron en la ciudad y en los cortijos.
35 Salieron a ver lo ocurrido, llegaron adonde estaba Jesús y se encontraron al hombre del que habían salido los demonios sentado a los pies de Jesús, vestido y en su juicio, y les entró miedo.
36 Los que lo habían visto les contaron cómo había sido liberado el endemoniado.
37 Toda la población de la comarca de los gerasenos, presa de un miedo atroz, le rogó que se marchase de allí. Él subió a la barca y se volvió.
38 El hombre del que habían salido los demonios le rogaba por favor que lo admitiese en su compañía, pero Jesús lo despidió diciéndole:
- Vuélvete a tu casa y refiere lo que Dios ha hecho por ti.
39 Él se marchó para anunciar por toda la ciudad lo que Jesús había hecho por él.


EXPLICACIÓN.

En país pagano: el endemoniado, un rebelde (sepulcros, cf. Sal 68/67,6 LXX). Sabe quién es Jesús y se extraña de que quiera liberarlo de su mal espíritu (28). Representa a un grupo social (de la ciudad) que vive bajo la represión (29: grillos, cadenas), es decir, a los esclavos en rebelión, a los que la sociedad intenta vanamente dominar por la fuerza (cf. Mc 5,2ss). El primer problema que se presenta en tierra pagana es el de la esclavitud. No me sometas al suplicio (28): teme que Jesús quiera despojarlo de su espíritu de violencia para someterlo de nuevo a la esclavitud. Legión (30), término militar: multitud que ve en la violencia la única posibilidad de hacer frente a la opresión. Para el significado de los cerdos y la escena siguiente (32-39), vse. Mc 5,11-20.

Los paralelos entre la escena de la tempestad/geraseno y la de la sinagoga de Cafarnaún son muy elocuentes. Allí el poseído representaba a la ideología de la sinagoga que se sentía amenazada por la enseñaza de Jesús (4,34); aquí es la sociedad pagana la que se opone a la misión, pues ve en peligro sus "valores" (8,23-24a); también los esclavos en rebelión se sienten amenazados por su intromisión (8,28). En una y otra escena se pone de relieve la pregunta sobre la identidad de Jesús (4,36; 8,25). Jesús "conmina" a las ideologías que se oponen al plan de Dios (4,35; 8,24b.25.29).